La vida de los peces: La pérdida en primer plano

Sencilla, intimista y sutil, La vida de los peces atrapa al espectador con la belleza desnuda de sus imágenes y la fuerza de sus diálogos. 

Decir a estas alturas que Matías Bize es una promesa del cine chileno sería arriesgado, dado que ya cuenta a sus espaldas con tres cortometrajes y cinco películas, a pesar de tener tan sólo 31 años. Ganador de nueve premios en diversos festivales in­ternacionales, su largometraje más recien­te, La vida de los peces, ha conseguido este año el Goya a la Mejor Película His­pano­ame­ri­ca­na, se ha presentado en el Fes­tival Internacional de Venecia y fue ele­gida para representar a Chile en los Oscar.

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El retorno de Andrés a Chile para arreglar una serie de asuntos pendientes antes de regresar a Alemania definitivamente, le sirve al director para explorar la complejidad de las relaciones humanas, el sentimiento de pérdida y la soledad. En el transcurso de una noche, Andrés irá recorriendo las habitaciones de la casa de uno de sus amigos de la infancia. Las diferentes conversaciones que entablará a lo largo de la fiesta de cumpleaños que se está celebrando, sirven a Bize para interrogarse sobre el paso del tiempo, sobre la decepción y las encrucijadas.

Excelente dirección de actores

A pesar de contar con un único espacio narrativo y de estar narrada en tiempo real, La vida de los peces logra desprenderse de toda teatralidad y se sustenta en la agilidad y en la frescura de sus diálogos, así como en el profundo peso de sus silencios. A través de lo dicho, de lo insinuado y de lo no contado, la película va desgranando poco a poco el pasado de un protagonista que vive a la deriva como los peces de los que habla el título del film.

Si la noche de su despedida definitiva está marcada por toda suerte de encuentros, será el protagonizado por Beatriz el que estructure narrativamente toda la cinta. Con un juego inteligente de tensión y distensión -de encuentros y desencuentros, Bize apoya la fuerte carga emocional de su última película en el uso del primer plano y en una excelente dirección de actores, especialmente de la pareja protagonista: Santiago Cabrera -conocido en España por su papel en Héroes– y Blanca Lewin. Asimismo, la cuidada fotografía de Bárbara Álvarez jugará un papel primordial con resultados tan hermosos como en la escena de la segunda conversación entre Andrés y Bea, a través del cristal de la pecera, mientras que la música de Diego Fontecilla indagará en la emoción concreta.

Sencilla, intimista y sutil, La vida de los peces es una de esas películas pequeñas que, a pesar de narrar un tema visto mil veces, consigue atrapar al espectador con la belleza desnuda de sus imágenes y la fuerza de sus diálogos.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Bárbara Álvarez
  • Montaje: Javier Estévez
  • Música: Diego Fontecilla
  • País: Chile   Duración: 83 m.
  • Público adecuado: +16 años (lenguaje crudo incidental)
  • Distribuidora: Vértigo
  • Estreno: 1.4.2011

LA VIDA DE LOS PECES, 2010

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Reseña
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Doctora en Historia del Cine, Animación Japonesa y Cines de Asia Oriental