La vida inesperada

La vida inesperada: De España a Nueva York

Torregrossa rueda en Estados Unidos su primera comedia cinematográfica, con un guión de Elvira Lindo. 

Juanito, que lleva diez años viviendo en Nueva York luchando por abrirse camino en el mundo de la interpretación, recibe la visita de su primo, un apa­rente triunfador a punto de casarse.

Cuando el realizador alicantino Jorge Torregro­ssa (Fin, 2012) leyó el guión -escrito por la novelis­ta Elvira Lindo (Manolito Gafotas, Una palabra tu­ya) quiso llevarlo enseguida al cine. Esta historia de sinsabores y promesas de nueva vida en el contexto neoyorquino le traía recuerdos de los diez años que pasó allí. En Nue­va York completó su formación como cineasta. Su sueño no se pudo hacer rea­lidad hasta cuatro años más tarde.

La historia es sencilla: una elemental trama principal con un par de tramas secundarias. Cuan­do los dos primos se encuentran y comparten un pe­dazo de sus vidas, surgen algunas cuestiones vi­ta­les -pequeñas, sí, pero reseñables- como las inse­gu­ridades y miedos a aprovechar las oportunidades o la necesidad de enfrentarse con uno mismo para avan­zar. Así, se proporciona cierto empaque y profundidad a esta comedia agridulce, siempre dentro de un guión bastante previsible y manido, sobre to­do cuan­do retrata los amores fast forward.

Si esta comedia de personajes queda más resulto­na es por el aspecto interpretativo. Torregrossa con­firma sus dotes para la dirección actoral y saca lo mejor de su plantel, donde resaltan los co-prota­go­nistas Javier Cámara y Raúl Arévalo, que ya han actuado juntos en otras ocasiones. De todos mo­dos, los momentos más deliciosos los encontramos en las tres intervenciones de Gloria Muñoz en el papel de madre de Juanito (Cámara), que resultan encantadoras, por el humor y tipismo hispano que re­zuman. Te pasas la película esperando que te den más…

La vida inesperada, coproducción hispano-norteamericana, interpretada por actores de los dos paí­ses que hablan los dos idiomas, está rodada casi ín­tegramente en Nueva York. Kiko de la Rica (Goya a la Mejor Fotografía por Blancanieves) hace un estupendo trabajo: saca partido a los exteriores de la Gran Manzana, aportando en todo momento el color ade­cuado, siempre cálido y con un brillo moderada­men­te mágico, sin nada que envidiar a las producciones neoyorquinas de Woody Allen.

La película se presentó en el Festival de Cine de Má­laga 2014.