Lantana

Las buenas interpretaciones salvan como pueden los evidentes problemas en la definición y evolución de sus personajes, que no terminan nunca de despegar

Lantana

Lantana: ¿El amor? – Lo siento, comunica

En 1996, en un teatro de Sidney se estrenó Speaking in tongues (algo así como Hablando en lenguas desconocidas), obra dramática de Andrew Bovell. Allí estaba, el australiano Ray Lawrence, un veterano y laureado director de publicidad para TV que dijo esta historia, para mí. Así surgió Lantana (un arbusto con flores atractivas y frutos tóxicos), la segunda película de Lawrence, afincado desde hace tiempo en Nueva York, donde forma parte del top ten de los directores de publicidad.

Lantana ha triunfado rotundamente en los premios del Australian Film Institute, embolsándose 8. Mucho ha tenido que ver un reparto doméstico que incluye al consolidado Rush y al emergente LaPaglia, así como a varias caras conocidas de series populares en el país de los canguros.

Después de ver la película, me deja pensativo el título, y casi más, el lema del hermoso cartel de la película: El amor es el más grande de los misterios. El guión, muy a la moda, invoca el destino, el azar, la casualidad o como quieran ustedes llamarlo para hacer compañeros de viaje a cuatro matrimonios (un poli en crisis que engaña a su hermosa mujer, una psiquiatra traumada y su distante marido jurista, una divorciada adicta al sexo que se dedica a hundir matrimonios y rechaza los intentos de reconciliación de su esposo, un joven matrimonio de enamorados inmigrantes con tres hijos y marido en paro). Como Smoke, Magnolia, American beautyAmores perros, Lantana se sirve de una trama policial (desaparación-investigación-sospechosos) para enredar a una docena de tipos zarandeados por eros y tanathos.


Lantana, a diferencia de Italiano para principiantes y Amores perros, suma casualidades de un modo tosco, de forma que la estructura se resiente. Las buenas interpretaciones salvan como pueden los evidentes problemas en la definición y evolución de sus personajes, que no terminan nunca de despegar. A Lawrence se le nota en exceso -para mal- su origen publicitario, casi todo suena a falsete y artificio, como si se quisiese convertir una prenda franquiciada en un diseño exclusivo. Y ese problema no se arregla ni con salsa, que es la música latina que impregna esta película, una más que olvida que en el cine lo más interesante no es la cama sino lo que justifica la cama, y por tanto sobran y lastran esas insistentes y ridículas escenitas de mecánica sexual.

Poco o nada ayuda Lantana a aclarar eso de que el amor es el mayor de los misterios, aunque, es cierto, que dentro del contexto cinematográfico vigente, la película australiana se atreve a presentar la fidelidad matrimonial de modo atractivo, con menos cinismo y más aliento moral que otros títulos. Algo es algo.

Ficha Técnica

  • País: Australia, Alemania, 2001
  • Fotografía: Mandy Walker
  • Montaje: Karl Sodersten
  • Música: Paul Kelly
  • Estreno en España: 8 de febrero de 2002
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