Las cuatro hijas

Las cuatro hijas: Entre la oscuridad y la luz

· Crítica de Las cuatro hijas | Estreno 9 de febrero de 2024.
· Olfa y sus hijas cuentan los hechos con naturalidad, sin dar ninguna lección de nada y es esa sencillez lo que da fuerza a sus testimonios y permite analizar de una manera nueva hechos que todos conocemos.

Olfa es una tunecina modesta; sobrevive limpiando pisos. Tiene cuatro hijas –Ghofrane, Rahma, Eya, Tayssir-, a las que ha educado sola, a gritos y bofetadas, a falta de mejores luces y de la ayuda de un marido que las abandonó. Al inicio de esta película Olfa declara a la cámara que a las dos hijas mayores se las llevó el lobo feroz y que va  a contar su historia.

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La directora tunecina Kaouther Ben Hania (El hombre que vendió su piel) cuenta la historia de Olfa y su familia y resulta un relato sincero, duro, complejo, apasionante… una revelación. La primera sorpresa viene de descubrir que todo lo que cuentan es cierto. Es la historia de una familia modesta narrada por las protagonistas. Nada más comenzar, la directora presenta a tres actrices que van a ocupar el lugar de las dos hijas ausentes y el de la propia Olfa, para los momentos más duros, en que la mujer no pueda controlar su emoción o no sea capaz de dramatizar su relato.

Este docudrama discurre como una tertulia ante la cámara en la que participan las tres actrices, Olfa, dos hijas más jóvenes y la directora. El relato es sencillo y poderoso a la vez. Habla de educación, del islam, de la situación de la mujer, de la historia contemporánea y la famosa primavera árabe, de la radicalización, de la revolución política y religiosa, de familia, fraternidad y cariño. Olfa y sus hijas cuentan los hechos con naturalidad, sin dar ninguna lección de nada y es esa sencillez lo que da fuerza a sus testimonios y permite analizar de una manera nueva hechos que todos conocemos. Por cierto, las tres protagonistas originales transmiten muy bien ante la cámara. Es conmovedor también la integración de las actrices al relato, perfectamente implicadas en esta historia. En particular Olfa y su doble se complementan de una manera admirable. A medida que el relato avanza e imágenes de televisión recuerdan algunos actos terroristas de grupos radicales, descubrimos quién es Olfa, por qué ha resultado protagonista del documental, y cómo el lobo feroz se llevó a sus dos hijas mayores.

Las cuatro hijas es una película diferente, puede resultar difícil entrar en la trama, pero una vez hecho, resulta apasionante. Interesan tanto la aventura familiar como la gran historia que hay detrás. Habla sin reparos de la situación de la mujer en el mundo islámico, pero va mucho más allá: habla de educación y familia, de radicalización y de amor, de historia contemporánea y de peligros que acechan, si no hacemos algo pronto.