Lazos de sangre: Encadenado a su sombra

Clive Owen es Chris, el hermano salvaje y carismático que siempre se mete en problemas hasta que acaba en la cárcel con una importante condena. Frank (Billy Crudrup), su hermano pequeño, además de ser sosete y buena persona, es policía y por eso nunca va a ver a su hermano a la cárcel. Un día Chris sale de prisión e intenta empezar una nueva vida.

El argumento no puede estar más trillado. Sin ver la película cualquier espectador podría contar más de la mitad del argumento y acertaría. Pero ese no es el único problema de Lazos de sangre. El obstáculo fundamental de Canet (Pequeñas mentiras sin importancia) es que no es James Gray, y eso se nota. Aunque co-escriba el guión con el director neoyorkino de La noche es nuestra falta intensidad visual, fuerza dramática y credibilidad del relato.

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Casi todo en esta película (interpretación, música, guión) suena a postizo y distante, sin alma propia. Y eso hace que las dos horas sean eternas a pesar de tener un magnífico reparto que hace lo que puede con personajes inertes que van de aquí para allá pidiendo a gritos un diálogo que les de algo de vida a su particular cartón-piedra repleto de tópicos.

Para resumir este estilo impostado basta una frase de la película. «Te haré jodidamente feliz», le dije Clive a su mujer fatal, como si fuese un Bogart moderno que acaba de ver La jungla de cristal y ha decidido que Bruce es más moderno porque dice tacos.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Christophe Offenstein
  • Montaje: Hervé de Luze
  • Música: Maxime Nuzzi
  • Duración: 127 min
  • Distribuidora: VerCine
  • Público adecuado: +16 años (VSD)

Blood ties. Francia-Estados Unidos, 2013. Estreno en España: 22.05.2015

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