Llamando a las puertas del cielo: Un Wenders menor

Llamando a las puertas del cielo | El prestigoso director alemán afincado en Los Ángeles vuelve a la carretera. Lo hace de la mano de Sam Shepard, guionista de la memorable París, Texas (1984). Shepard, también actor, interpreta a Howard Spence, un actor en declive, egoísta y alcoholizado. Al enterarse de que tuvo un hijo, Spence decide ir en su busca abandonando el rodaje de una película del oeste en la que interpreta un papel secundario. Para lo­grar encontrar al hijo desconocido se verá obligado a rebobinar una vida lastimosa, caracterizada por la promiscuidad sexual y la hui­da compulsiva de todo compromiso.

La película está muy bien hecha, como todas las de Wenders, con una fotografía y una música deslumbrantes, a cargo del sureño T-Bone Burnett (En la cuerda floja, O Bro­ther!, Cold mountain) y del alemán Franz Lus­tig, autor de la asombrosa fotografía de Tierra de abundancia. Pero es poco original y se parece demasiado a la reciente Flores ro­tas, de Jim Jarmusch, uno de los grandes del cine indie.

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Llamando a las puertas del cielo
Llamando a las puertas del cielo

En resumidas cuentas, estamos ante una cin­ta apreciable pero claramente inferior a la en apariencia mucho más modesta Tierra de abundancia, rodada mientras se solucionaban algunos problemas de producción de Lla­man­­do a las puertas del cielo. Hay un empacho de metáfora, y los conflictos están mal lle­vados. Tierra de abundancia tenía menos pose, muchas menos ínfulas que su predecesora. Por eso resulta bastante más auténtica y sincera.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Franz Lustig
  • Montaje: Peter Przygodda, Oli Weiss
  • Música: T-Bone Burnett
  • Vestuario: Caroline Eselin
  • Distribuidora: Araba-UIP
  • Estreno en España: 06.10.2006

Alemania/Francia/EE.UU., 2005

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Reseña
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Profesor universitario de Narrativa Audiovisual, Historia del Cine y Apreciar la belleza. Escritor