Locos en Alabama: Perder la cabeza en Alabama

Quién lo iba a decir… de Málaga a Los Zancos, de Saura a las órdenes de Almodóvar, y de ahí, por un tiro por que me toca, al Hollywood más rutilante. Un Juego de la Oca que no está falto, en absoluto, de casillas con mucho trabajo, tiempo y sacrificio para un Banderas que sigue empeñado en no parar.

Nuestro Antoñito quería hacer cine, y ya se ha puesto manos a la obra. Igual que se dispuso a trabajar con Cruise, Pitt, Hanks o Hopkins. Locos en Alabama supone su debut tras la cámara, o delante de ella (según dónde nos coloquemos), su opera prima como director. Se ha visto saltando el temible escollo de mejor-que-siga-actuando o ese otro parecido de quién-te-ha-mandado-meterte-donde-no-te-llaman…, y los salva con corrección y algo de holgura, con cierto estilo de veterano.

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La película adapta una doble historia que quiere desembocar en la misma idea: a mediados de los 60, LucilleMelanie Griffith, en un buen momento de su carrera-, madre de unos cuantos chiquillos (un par protagonizados por sus hijas Stella del Carmen y Dakota; así, todo queda en familia), corta la cabeza a su infame marido y se pone rumbo (con la cabeza inclusive) a lograr su sueño: llegar a Hollywood y convertirse en una de sus estrellas. Por otro lado, y simultáneamente, su sobrino se envuelve en una malhadada trama de reivindicación y abolición racial del típico sur americano. De esta manera, ambos relatos intentan mantener, uno en tono cómico -sutil humor negro y una pizca surrealista- y otro en clave dramática, la idea de la libertad como norte temático.

Banderas ha sabido dotar al filme de ese aire pop de la época, con un uso adecuado de luz, color y música, ambiente colorista que impregna la puesta en escena; mundo iconográfico que parece apoyarse por breves momentos en sus reminiscencias almodovarianas (como botón: los títulos de créditos iniciales). Los discutibles y discutidos defectos de la película (la desunión de los relatos o ese regustillo efectista y descolocado) se palían cuando se contempla el conjunto y observamos una puesta en serie ponderada, o esa acertada dirección de actores, pudiendo cambiar la comentada apostilla mejor-que-siga-actuando por esta otra: la-siguiente:-«Málaga-en-llamas». Una carrera con proyección que comienza con una película con buen pie. Correcta.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (Crazy in Alabama, 1999)
  • Fotografía: Julio Macat  
  • Montaje: Robert C. Jones
  • Música: Mark Snow
  • Duración:111 minutos
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