Lope: No sabe que es amor / quien no te ama

Mucho se esperaba de esta película sobre uno de los más grandes poetas y dramaturgos de la his­toria. El inteligente guión de Gasull (El viaje de Arián) y Del Moral (Los lunes al sol) resuel­ve con una llamativa destreza la pape­leta de contar las tumultuosas pasiones del jo­ven Lo­pe en una sociedad donde la buena lite­ratura era el placer de ricos y pobres.

Mencionamos primero a los guionistas porque esta película, si adolece de algo, es de una dirección en no pocas ocasiones falta de mati­ces del brasileño Andrucha Waddington, un rea­lizador con talento y fuerza visual al que sen­cillamente le viene grande una historia excelente, a la que no termina de coger el pun­to, qui­zás por desconocimiento de la rique­za del per­sonaje y por falta de recorrido cine­ma­to­grá­fi­co (es la cuarta película del brasile­ño y su prime­ra superproducción).

Basta fijarse en su torpeza manifiesta en el tra­tamiento del sexo, sencillamente incoheren­te con la poesía de Lope y con lo que él mis­mo cuen­ta de sus locuras juveniles de amor, que las hu­bo. O en su dificultad para mez­clar el drama y la comedia, algo tan propio de Lope. En cambio, hay que reconocerle que rue­da bien las secuen­cias de acción y sabe plani­ficar escenas con mu­cha gente.

Afortunadamente el reparto, sencillamente fa­buloso, hace un trabajo excepcional y se apode­ra de la función: desde Ammann hasta De­chent, pasando por unas soberanas López de Aya­la (en un papel desagradecido pero eficaz) y Watling (Leonor tiene una llamativa capacidad de generar empatía, sonríe y las nubes se mue­ven), hasta llegar a un poderoso Juan Die­go y a un sorprendente Antonio de la Torre en el papel del hermano de Lope. Un ple­tórico To­sar, por fin en un papel distinto al que le suelen asignar, compone un fraile humano y entraña­ble.

Todos leen a la perfección al propio Lope y el retrato de su juventud tempes­tuosa que hacen los guionistas.

La puesta en escena aprovecha al máximo los re­cursos disponibles, con una dignísima recrea­ción de la época, con bellas vistas urbanas y cam­pestres, un vestuario cuidado y creíble y una música atinadísima de Fernando Veláz­quez, en su mejor trabajo hasta la fecha.

Lope representa una manera de hacer cine, de producirlo, muy inteligente. No se trataba de adap­tar una obra de un gran escritor del Siglo de Oro (la excelente El perro del hortelano) ni de con­tar una historia de ficción ambientada en esa época (la notable Alatriste). El reto era nada me­nos que decirle a los españoles del si­glo XXI: «con ustedes Félix Lope de Vega y Car­pio». Y salen muy bien parados del lance. En­horabuena por atreverse. Queremos más.

Esperemos que la próxima vez los producto­res, que han sabido meter en el proyecto a un mon­tón de inversores, incluídas varias tele­vi­sio­nes, no cometan la estupidez de permitir que la película se convierta en una cinta pa­ra adultos cuando podría haber sido una obra para jóve­nes, incluyendo una masa de ado­lescentes secun­darios, bachilleres y neo­uni­versitarios necesi­tados de productos con en­jundia, que les ayuden a divertirse mientras apren­den algo de lo que fue España, con sus som­bras pero también con sus luces deslumbran­tes.

Asistir a la encarna­ción de un poema de Lope, saltando los versos de los ojos de Lope a los de Isabel y Elena, ya vale el pre­cio de la entrada.

Ficha Técnica

  • País: España, Brasil, 2010
  • Fotografía: Ricardo Della Rosa
  • Montaje: Sergio Mekler
  • Música: Fernando Velázquez
  • Duración: 109 m.
  • Público adecuado: +18 años (X)
  • Distribuidora: Fox
  • Estreno en España: 3.9.2010
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