Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes

Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes | Coriolanus y Lucy

· Crítica de Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes | Estreno 17 de noviembre de 2023.
· En general es bueno desconfiar de las precuelas. Pero, en el caso presente, hay que reconocer que la película está bastante bien.

Los Juegos del Hambre describe un mundo distópico que tiene como modelo el Imperio Romano decadente. Los juegos son una parodia del circo romano y sus combates a muerte, los concursantes son «tributos» enviados por los distritos a su amo, que los esclavizó tras una cruel guerra, la capital se llama Panem, y los nombres son romanos: Coriolanus, Sejanus, Seneca, César…

La trilogía original, y sus versiones cinematográficas, contaba las aventuras de Katniss Everdeen y su compañero Peeta Mellark -tributos del Distrito 12-, su original triunfo en los juegos, y cómo desataron la rebelión contra Panem. El enemigo a batir era el inquietante y viejo tirano Snow.

La precuela que viene a continuación cuenta el origen de los juegos. El mundo que vemos tiene mucho menos glamour que el que vimos anteriormente. La guerra está todavía cerca, hay mucha miseria, también entre los vencedores. Comienza con la llegada de los tributos que van a participar en la décima edición de los juegos. La organización tiene un problema, el público ha perdido interés por ellos. Además, buena parte del mismo se pregunta por la moralidad del evento. Entre los protagonistas principales de esta aventura está el joven Coriolanus Snow, huérfano, cuyo padre falleció en extrañas circunstancias al tiempo que provocaba la ruina de la familia. Coriolanus es ambicioso y sólo vive por restaurar la grandeza de su familia que, en la actualidad, vive una pobreza vergonzante y procura mantener las apariencias. Coriolanus será el mentor de Lucy Gray Baird, tributo del Distrito 12. Es una joven rebelde que compone canciones protesta con el estilo de Joan Baez.

En general es bueno desconfiar de las precuelas. Pero, en el caso presente, hay que reconocer que la película está bastante bien. Cabe decir que primero hubo una novela, escrita por la propia Suzanne Collins, y que esta adaptación viene de la mano de Francis Lawrence, quien dirigió tres de las cuatro películas de la saga original. En esta cinta hay mucha historia, y se ve bien. Son más de dos horas y media de duración y apenas se nota. Las dos primeras horas pasan en un vuelo, el ritmo es una locura, hay mucha información que asimilar, y hay mucha emoción: el trato a los vencidos, la llegada de los tributos, la tragedia de los juegos contrasta con la frivolidad del presentador, lo que uno es capaz de hacer por defender su vida y por defender sus ideales. Y un diseño de producción que se ha esforzado por plantear cada uno de los escenarios de la trilogía original en modo retro: arena, equipos de filmación, distritos… Sin olvidar nunca que lo esencial son los protagonistas, Coriolanus Snow se implica por cuidar a su tributo, principalmente porque le conviene, pero también se interesa de verdad por Lucy Gray. Esa ambigüedad sienta bien a la historia. Le sentaría mejor si Tom Blyth me convenciera más. Él mantiene una reserva todo el tiempo, una deliberada falta de expresión que no siempre convence. Por su parte, Rachel Zegler es una joven alocada, sin más, pero suple con su voz lo que le falta de carisma. No lo hacen mal, pero les falta una chispa. Sin duda les pesa mucho el carisma de sus modelos Jennifer Lawrence y Donald Shuterland. Al contrario Josh Andrés Rivera, amigo de Coriolanus, o los secundarios Viola Davis y Peter Dinklage, no tienen ningún problema al hacer brillar personajes nuevos.