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Los mundos de Coraline

Primera película de stop-motion en 3D. Algo irregular pero muy brillante visualmente y a ratos genialmente ingeniosa

Los mundos de Coraline (2009)

Los mundos de Coraline: Un paso más del 3D

Coraline Jones es una niña de 11 años que acaba de trasladarse con sus padres de Michigan a Oregón. Echa de menos a sus amigos, y al ver que sus padres están desbordados por el trabajo, decide encontrar alguna distracción en el vecindario. Un día descubre una puerta secreta que esconde un mundo paralelo en el que hay una casa, unos padres y unos amigos iguales a los del mundo real pero mucho más acogedores y simpáticos.

Aunque muchos piensan que James y el melocotón gigante y Pesadilla antes de Navidad son películas de Tim Burton, en realidad no es así. Burton produjo estas dos películas y confió la dirección a Henry Selick, que ahora firma esta nueva película incorporando al stop-motion (técnica que utiliza marionetas sin hilos) la tecnología 3D.

La historia elegida es uno de los libros más vendidos de la literatura infantil de los últimos años: Coraline, escrito por Neil Gaiman (autor de las cuatro partes de la novela Stardust, también recientemente adaptada al cine) y que desde su publicación en 2002 ha vendido más de un millón de ejemplares.

Los mundos de Coraline (2009)

Visualmente Los mundos de Coraline está llena de detalles muy imaginativos y que merece la pena ver en cine y en 3D (como la llegada al mundo perfecto de Coraline: diez minutos verdaderamente deliciosos). Los personajes tienen una expresividad muy matizada que unidos a la magnífica banda sonora de Bruno Coulais (creador de la música de Los chicos del coro) hacen que la película sea visual y sonoramente impecable. Me gustaría acabar aquí la crítica porque no quiero que nadie deje de ver esta película por lo que voy a decir a continuación.

Vamos allá: a la película le pasa algo parecido a lo que sucedía en Stardust: la magia exterior de vestuarios, intérpretes y decorados no está a la altura de la magia interior de la historia. Le falta culminar bien el desarrollo del argumento y de los aspectos de fondo que evidentemente sugiere la historia: la huida del mundo real, el vacío de una familia esclavizada por el trabajo de los padres, la imposibilidad de sustituir al ser humano por otros sucedáneos (muy bien simbolizado por los ojos humanos que en el mundo ideal son sustituidos por botones). Todos estos elementos sugeridos no están bien desarrollados, especialmente porque la media hora final es muy rutinaria: el desenlace no está a la altura del planteamiento.

Queda así una bella película, que no entenderán los niños más pequeños y que defraudará a los mayores que esperen un desenlace más ingenioso y redondo. En mi opinión el problema estaba ya en el libro de Gaiman, un rendido admirador de Tolkien, C. S.  Lewis y Chesterton, que sin embargo queda lejos de estos maestros de la literatura fantástica. Con todo, insisto, es una muy buena película y un espectáculo visual que merece la pena ver en un 3D más que justificado.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (Coraline, 2009)
  • Pete Kozachik
  • Christopher Murrie, Ronald Sanders
  • Bruno Coulais
  • Universal
  • 100 min.
  • Jóvenes
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