Vengadores: La Era de Ultrón

Vengadores: La Era de Ultrón: Y van dos

Vengadores: La Era de Ultrón |  ¿Qué podemos decir que no hayamos dicho? Es la pregunta que me hacía cuando estaba viendo esta película de 141 minutos. Pues, pienso que ni se puede ni se debe decir nada nuevo, por el sencillo motivo de que la película es más de lo mismo. Un entretenimiento intrascendente, con sus guiños humorísticos, sus implícitos para los que conocen a los personajes y ligeras subtramas que los van relacionando.

Whedon ha metido la sexta y se lo pasa bien. Pero un tebeo de la Marvel es un tebeo de la Marvel y la cosa da para lo que da. Quien esto afirma no es sospechoso de fobia. Siendo niño leí los comics originales. Y los disfruté razonablemente, aunque hay que reconocer que entre Spider-Man y el resto hay mucha diferencia a favor del trepamuros: la historia de Peter Parker está mejor construida que las demás, los secundarios tienen más peso, las tramas se encadenan mejor.

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Los héroes de la Marvel, solos o en comandita, seguirán llegando al cine o mejor dicho volverán. Y seguirán llegando porque la explosión de Marvel en los comics originales se produce en un momento muy similar al que vivimos en la actualidad.

La fórmula (es una fórmula porque el padre de casi todos los personajes es un tipo llamado Stan Lee y las grandes aportaciones fueron de los dibujantes como Jack Kirby y no de los escritores contratados por Lee) funciona y hay muchos espectadores que acuden con gusto a ver nuevas aventuras de personajes conocidos. Este último hecho es importante y existió siempre en el cine. Pero hoy se ha vuelto más relevante.

En estos días, sin ir más lejos se acaba de confirmar que Netflix hará la segunda temporada de DareDevil, una serie que ha funcionado bien, contando con habilidad las andanzas del abogado ciego que interpreta acertadamente el británico Charlie Cox.

La segunda entrega de Vengadores tiene unos malos muy malos, por sosos y poco imaginativos. Los chistes funcionan y las escenas de acción están bien, porque la pantalla azul lo aguanta todo. El tono apocalíptico que se está poniendo de moda, está presente pero Whedon evita la nolanización de sus muchachos, con payasadas y un tonillo desenfadado propio del original, que explota bastante los celos entre los miembros del equipo y la socarrona egolatría de varios de ellos.