Mademoiselle C

Mademoiselle C: Un séquito reverente y monótono

Mademoiselle C. Un documental sobre una influyente editora de moda que, más allá de las apariciones de celebridades, no se aclara con lo quiere contar ni con la manera de hacerlo.

Carine Roitfeld controlaba una publicación que llevaba en la cabecera dos palabras que, en el mundo de la moda, forman parte del vocabulario básico: Vogue y París. Hasta que, en 2011, dejó su puesto en esta famosa revista para lanzar su propia publicación: CR Fashion Book.

Es este proceso de creación el centro del documental dirigido y producido por Fabien Constant. Sin embargo, la cinta no deja claro este objetivo y dedica una gran parte del metraje a la vida de Roitfeld (París, 1954) durante el año que duró dicho proyecto. De esta manera, se mezclan desordenada y aleatoriamente secuencias que muestran reuniones de redacción, sesiones de fotos y desfiles con planos de la editora bailando ballet en su casa o entrevistas en las que reflexiona sobre diferentes aspectos de su vida familiar, como el embarazo de su hija.

Además, la cinta cuenta con la participación de personajes célebres en la industria de la moda, como Karl Lagerfeld, Donatella Versace, Stephen Gan o Albert Elbaz. Y, mientras que para los espectadores cercanos a este mundo resultará agradable verlos e identificarlos, su presencia acaba siendo un tanto excesiva y provoca que el documental pierda agilidad y amenidad.

Uno de los fallos más notables del film es la falta de un personaje crítico con la figura de Roitfeld, de forma similar a como hacía Grace Coddington con Anna Wintour en The September Issue, un claro referente para la cinta pero de mucha mayor calidad. Así, Stephen Gan, uno de los colaboradores más cercanos a la protagonista y un influyente fotógrafo y director creativo en el mundo de la moda, llega a declarar que no quiere criticar las ideas de la francesa para no limitar su creatividad en la nueva publicación.

El documental muestra imágenes estéticamente llamativas y una visión interesante sobre numerosos aspectos del mundo de la moda. Puede ser un film atrayente para un público interesado por esta industria y por las celebridades; sin embargo, el retrato que hace Roitfeld no es del todo claro y su objetividad podría ponerse en tela de juicio.

Javier Pérez Santana