Malnazidos

Malnazidos: Zombies en la guerra civil

· Crítica de Malnazidos | Estreno 11 de marzo de 2022.
· Con esos mimbres Malnazidos no puede ser original, pero resulta una película fresca, que funciona bastante bien. Para ser una historia de zombies, no es de terror, sino algo gamberra; hay mucha carnicería, pero poca casquería.

Estamos en octubre de 1938, en plena guerra civil española. La suerte parece se está inclinando hacia el lado de Franco. Jan Lozano, capitán de la quinta brigada, va a ser ejecutado por los de su bando, acusado de traición. Gracias a un general familiar suyo puede evitar el fusilamiento si lleva un mensaje urgente, atravesando tierra de nadie. Él y su conductor serán atrapados por una patrulla del bando contrario con quienes tendrán que aliarse ante un terrible enemigo común, un ejército zombie.

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La película de Javier Ruiz Caldera, autor de Anacleto y de Superlópez, esta vez adapta una novela en lugar de un comic y cuenta con la ayuda del montador Alberto de Toro, que asume por primera vez el papel de director. La trama es la misma que la de Overlord: científicos nazis producen zombies que usan como arma de combate y un esforzado comando lucha contra ellos. Pero Malnazidos tiene aire de comedia y se centra en este comando que, al modo de La vaquilla, muestra que los de uno y otro bando son muy parecidos. Más les vale dejar las rencillas ideológicas a un lado para vencer esta pandemia. (La película estaba lista para estrenarse antes de que se declarase el estado de alarma, no es oportunista).

Con esos mimbres Malnazidos no puede ser original, pero resulta una película fresca, que funciona bastante bien. Para ser una historia de zombies, no es de terror, sino algo gamberra; hay mucha carnicería, pero poca casquería. Dado que los directores son noveles en estas lides, hay que reconocer que han conseguido una historia de zombies solvente, con mucha acción, con momentos de tensión bien resueltos, con gracia y con momentos heroicos al modo hispano: con un «hay que…». Por lo demás, tienen su guasa castiza al repetir, más de una vez, su discurso unitario, sin cargar las tintas sobre uno u otro bando. Al contrario, disparan contra todo con bastante gracia, fíjense en la broma sobre Kappa.

Conviene decir que el reparto es acertado, Miki Esparbé hace de pícaro, Aura Garrido es una miliciana siempre enfadada hasta que se descubre la raíz de su malhumor, Luis Callejo es un fenomenal sargento republicano, y así todos, incluidos los más secundarios entre los que destaca María Botto, una divertidísima monja, que en su territorio manda más que nadie.