Mamut: Fría, contundente y necesaria crítica
Mamut es el sexto largometraje de Lukas Moodysson, un cineasta sueco al que Bergman calificó, después de su primera película, Fucking Amal -una historia de dos lesbianas adolescentes-, como joven genio. A partir de ese momento su filmografía ha sido errática, con títulos celebrados por la crítica como la durísima Lilja 4-ever 4 y algunos bodrios experimentales.
En Mamut, Moodysson -muy acostumbrado a retratar personajes que viven en la marginalidad, el desamparo o simplemente el conflicto sexual- opta por poner el foco en la realidad más cotidiana: la de un matrimonio joven que vive en Nueva York con su hija pequeña. Él se ha hecho rico y famoso por inventar juegos para internet, y tiene que viajar a Tailandia para firmar un importante contrato; ella es una cirujana de éxito muy entregada a sus pacientes. Para cuidar de la niña tienen a una joven tagala madre de dos hijos pequeños que viven con su abuela en Filipinas.
A pesar de las buenas interpretaciones del reparto, especialmente Michelle Williams, la cinta no es redonda: le pesa excesivamente un ritmo premioso -lo que se cuenta en dos horas podría haberse contado en 90 minutos- y un exceso de melodrama en la historia de la empleada filipina. Sin embargo, Moodysson ha escrito y dirigido una película con más de un tema interesante. El realizador sueco confiesa que ha querido hablar de la interconexión de los seres humanos y, en ese punto, la cinta recuerda a Babel. Pero también habla con clarividencia de una sociedad que gira en torno al trabajo y deja en la cuneta otras cuestiones más importantes como son la fidelidad matrimonial, el cuidado de los hijos o el equilibrio psíquico. El cineasta sueco no diserta ni pontifica, simplemente muestra situaciones -como el viaje del marido a Tailandia y la insistencia de sus jefes en que conozca los clubes nocturnos, la operación de la mujer a un niño golpeado por sus padres, o la tensión del niño filipino ante el deseo de su hermano pequeño de ver a su madre- en las que es muy difícil que el ser humano no se rompa. Y esas situaciones son el pan nuestro en una sociedad materialista, competitiva y carente de valores morales.
Esto es lo que dice Moodysson, dejando, eso sí, una puerta abierta a la esperanza. Una puerta que tiene que ver con algo que ocurrió al inicio del rodaje: “Estábamos en Bangkok y entré en una iglesia católica al lado del hotel. En el interior encontré un librito con imágenes de un orfanato en Pattaya, donde la mayoría de los niños probablemente son hijos de prostitutas. Una cita del libro decía algo así: “Cada niño que nace nos recuerda que Dios no ha perdido la esperanza en la raza humana”. Estuve a punto de incluir esa frase en el guión, aunque luego me pareció demasiado obvia, pero es algo con lo que estoy de acuerdo. Los niños representan una esperanza. El mundo no puede estar tan podrido si nacen niños”.
Ficha Técnica
- Dirección: Lukas Moodysson,
- Guion: Lukas Moodysson,
- Intérpretes: Gael García Bernal, Michelle Williams, Marife Necesito, Sophie Nyweide, Run Srinikornchot, Tom McCarthy,
- Fotografía: Marcel Zyskind
- Montaje: Michael Leszczylowski
- Música: Jesper Kurlandsky, Erik Holmquist, Linus Gierta
- País: Suecia/Alemania/Dinamarca
- Año: 2009
- Duración: 120 minutos
- Público adecuado: +18 años (violencia, sexo, lenguaje crudo)
- Distribuidora: Golem
- Estreno: 4.6.2010