Man on wire: Un excéntrico reto antes del 11-S

Man on wire cuenta la insólita haza­ña de Philippe Petit, el joven funambulista francés que el 7 de agosto de 1974 caminó durante 45 minutos por un alambre colgado entre las dos Torres Gemelas, a 400 metros de altura.

El cineasta británico James Marsh, autor de un par de buenos documentales y una mediocre película (The king), ha sido el encargado de dirigir esta interesante cin­ta que, después de conseguir una decena de galardones (ganó el premio del Jura­do y del público en su estreno en Sundan­ce, un Bafta y varios premios de la crítica), recibió el pasado 23 de febrero el Oscar al mejor documental.

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Marsh cuenta con buenas bazas para armar la historia. En primer lugar, el testimonio del propio Petit, un hombre en la fron­tera de la locura y la obsesión que, ade­más, es un auténtico cuentacuentos; des­pués, una gesta curiosa que, por su pro­pia naturaleza, permite lucirse al director de fotografía, el croata Igor Mar­ti­no­vic (Padre nuestro, Fraulein); y por último, la fuerza emocional que supone mos­­trar esta historia cuando ya no existe el World Trade Center.

El documental se apoya en tres tipos de materiales que funcionan con desigual eficacia: los testimonios de Petit y sus compa­ñe­ros -de gran fuerza narrativa-, las imá­­ge­nes de la época -sin duda lo más valioso- y unas recreaciones ficticias muy flo­jas.

El giro del final revela lo que se intuía des­de el principio. Philippe Petit es muy po­co personaje para un documental potente. No es un líder, ni un héroe, ni una figura, y su historia se acaba donde termina su hazaña.

Ficha Técnica

  • País: Reino Unido/EE.UU., 2008
  • Fotografía: Igor Martinovic
  • Montaje: Jinx Godfrey
  • Música: Michael Nyman
  • Duración: 90 min.
  • Público adecuado: Jóvenes-Adultos
  • Distribuidora: Vértigo
  • Estreno: 18.III.2009
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