Martin Eden: Los clásicos nunca mueren
· Formalmente, la película sorprende por una narrativa audaz con insertos -a lo largo del argumento, los textos que Martin lee y los ensayos que escribe- de imágenes antiguas en diferentes formatos analógicos, mezcla de ficción y realidad.
Recuerdo que hace quince años me bebí «literalmente» la novela Martin Eden, arrastrada por el ansia con que el joven proletario convertido en marinero aspira a alcanzar las altas cumbres de la literatura para ser merecedor del amor de Ruth Morse, una muchacha burguesa.
El escritor Jack London la publicó por entregas en The Pacific Monthly entre 1908 y 1909, y volcó en ella buena parte de su biografía, incluida la causa de su muerte. Él mismo se autoeducó en la biblioteca pública de San Francisco leyendo libros. Y fue la novela Signa, de la escritora Ouida (Marie Louise Ramé), que narra cómo un joven campesino italiano sin estudios escolares obtiene fama como compositor de ópera, su inspiración para empezar a escribir.
Es curioso porque, más de un siglo después de la publicación de la obra literaria, el director italiano Pietro Marcello estrena su película Martin Eden, situando al protagonista en su Nápoles natal, a finales del siglo XIX, y cerrando así el círculo creativo. Marcello nació en Caserta en 1976 y estudió pintura en la Academia de Bellas Artes, pero se considera también un autodidacta en materia cinematográfica. Con esta obra quiere gritar a las generaciones jóvenes que no se puede vivir de forma superficial, que la libertad viene a través de la cultura y ésta ha de ser accesible a todos.
Comentaba el cineasta a los periodistas que cubríamos el Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde el filme obtuvo el Giraldillo de Oro, que la acción se traslada a Nápoles, porque «Martin Eden está por todas partes, puede ser el joven que deja Extremadura para buscarse la vida en Madrid, o el siciliano que trata de escapar de la miseria económica y cultural». «Aunque en Italia no tenemos a Conrad, Melville o el Atlántico -añadía-, tenemos a Pasolini y el Mediterráneo. Por eso quise trasladar la historia del contexto que yo conocía, y eso en realidad es posible porque Martin Eden es un arquetipo».
Sobre la base del clásico transportado a otro tiempo y lugar, Marcello construye una obra épica y atemporal, repleta de humanismo. Un relato vivo de las ideas de Europa y de las tensiones sociales de la Italia del siglo XX, una historia sobre un hombre vitalista -mezcla de tosquedad de obrero, físico de latin lover, sensibilidad, pasión y vulnerabilidad, que acaba siendo víctima de su individualismo y de su desilusión. «Un personaje contemporáneo -decía el director italiano- y un héroe más en un sentido negativo que positivo, ya que traiciona a la clase a la que pertenece por el individuo, y cuando alcanza el éxito ya no tiene nada que decir».
Formalmente, la película sorprende por una narrativa audaz con insertos -a lo largo del argumento, los textos que Martin lee y los ensayos que escribe- de imágenes antiguas en diferentes formatos analógicos, mezcla de ficción y realidad. A veces parecen homenajear a la novela de Jack London, con buques de grandes velas, otras quizá son imágenes de la infancia del director imbuidas en una banda sonora electrizante. La fotografía, el diseño de producción, las interpretaciones, todo rezuma coherencia interna y libertad creativa.
(Esta crítica se publicó en el número 200 de la revista FilaSiete, correspondiente a diciembre de 2019. Cristina Abad falleció el pasado mes de septiembre)
Ficha Técnica
- Dirección: Pietro Marcello,
- Guion: Pietro Marcello, Maurizio Braucci,
- Intérpretes: Luca Marinelli, Carlo Cecchi, Jessica Cressy, Vincenzo Nemolato, Marco Leonardi, Denise Sardisco,
- Fotografía: Francesco Di Giacomo, Alessandro Abate
- Montaje: Aline Hervé, Fabrizio Federico
- Música: Marco Messina, Sacha Ricci
- Duración: 129 min.
- Público adecuado: +16 años
- Distribuidora: Wanda
- Italia, 2019
- Estreno: 18.12.2020