Melancolía: ¿De qué vas, Lars?

Una de las películas más flojas de Von Trier, que intenta disimular las deficiencias de un guión banal con maneras ampulosas. 

Que Von Trier es un superdotado para el mun­do del ci­ne lo sabe todo el que haya teni­do valor pa­ra ponerse delante de sus obras mayores, co­mo las magistrales Bailar en la oscuridad y Dogville. Digo valor, porque siendo pelícu­las bellísimas, son de las que te estrujan el co­razón y te lo dejan des­madejado.

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Ésta, presentada en Cannes, con merecido premio a mejor actriz para Kirsten Dunst, podría parecer una de ellas, pero no lo es para mí.

El guión parece un chapucero cortapega que imita con descaro películas ajenas e hi­la una historia de cualquier manera. Siendo la realización brillante y las actrices soberbias, terminas llegando a la conclusión de que la película es débil y artificiosa, con una profundidad impostada y un metraje ab­solutamente injustificado.

Detrás de su solemnidad hay una llamati­va banalidad y un amplio abanico de estra­tegias vontrierianas ya muy vistas, algunas burdas.

Hablemos de las estrategias. Empezando por la división en dos capítulos, uno para ca­da hermana. Casi diría que es una excusa pa­ra unir dos historias que tienen muy po­co que ver. El elemento apocalíptico es muy so­corrido y Von Trier lo usa de una manera ampulosa, barroca, con un prólogo de be­lla factura visual, montado de una forma sen­cillamente caprichosa, improcedente.

Luego tenemos a un torturado personaje que va a casarse. El esperpento de celebración que monta Von Trier sirve para que gran­des actores saquen adelante situaciones que más que incomodo provocan perple­jidad en el espectador: parece una reunión de un club de amargados y gente a la que se le ha ido una fase. Y el planeta Melancolía se acerca y el fin del mundo… Com­portamientos grotescos en un ambiente grotesco que podrían tener su justificación si la película tuviese almendra pero no la tiene, todo es cáscara.

Y una fotografía espectacular y varios des­nudos y secuencias de sexo gratuitas de una estrella de Hollywood que sabe que traba­jar (y someterse a sus caprichos) con Von Trier y ganar premios y prestigio es lo mismo. Y música atronadora. Y cámara lenta (quién lo diría, qué lejos quedó el DOGMA). Y declaraciones a la prensa divagando sobre Hit­ler sin venir a cuento y expulsión del fes­tival de Cannes con declaración de perso­na non grata. En fin, show business y cuque­ría de un director sobrado de talento y de talante. De mal talante.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Manuel Alberto Claro
  • Montaje: Molly M. Stensgaard
  • Música: Mikkel Maltha
  • País: Dinamarca/Suecia/Francia/ Alemania/Italia
  • Duración: 136 m.
  • Público adecuado: +18 años (sexo)
  • País: Dinamarca/Suecia/Francia/ Alemania/Italia
  • Distribuidora: Golem
  • Estreno: 4.11.2011

MELANCHOLIA, 2011

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