Mi Mundial: Fútbol de base

· Es acer­tado el tono amable de Mi Mundial, exento de gra­vedad, con un ritmo sostenido y un reparto entonado que interactúa bien. Facundo Campelo y Candela­ria Rienzi son dos jóvenes brillantes.

Mi Mundial cuenta la historia de Ti­to Torres, de 13 años, un fenómeno del fútbol y un pésimo estudiante. Ti­to es de Nogales, población pequeña de Uruguay, donde vive con sus pa­dres y dos hermanas menores que él. La economía familiar es muy modesta y resulta difícil llegar a fin de mes. Rubén, su padre, es entusiasta del fútbol, pero también quiere que el chico estudie.

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Basada en una novela juvenil de Da­niel Baldi, futbolista y luego en­tre­nador que ha publicado varios li­bros de literatura infantil muy co­no­cidos en Uruguay, Mi Mundial tie­ne el atractivo de ser una historia fres­ca y sincera que apela directamente a un público joven, lleno de ener­gía y de ganas de triunfar; pero tam­poco olvida a la audiencia adulta, los padres de esos jóvenes.

Hay en la película una serie de lecciones sobre la vida: qué es triun­far, los falsos amigos y el lado os­curo de la fama, las consecuencias del dinero fácil desde una edad temprana, etc. Todo se plantea con gra­cia, sin discursos. Si en algún mo­mento asoma el peligro del didactismo, se mantiene el equilibrio con una buena dosis de sentido co­mún, buen humor y corazón. Es acer­tado el tono amable, exento de gra­vedad, con un ritmo sostenido y un reparto entonado que interactúa bien. Facundo Campelo y Candela­ria Rienzi son dos jóvenes brillantes. Ella llena la pantalla con su pre­sencia; él, normalmente callado, bri­lla cuando tiene un balón cerca. Ellos dos y todos sus jóvenes compa­ñe­ros son naturales y hacen que el fil­me sea creíble. Junto a ellos los adul­tos, en particular Néstor Gu­zzi­ni, que interpreta al padre de Ti­to, se cuentan entre los mejores ac­tores de Uruguay.

El director que se estrena en el largo sabe filmar el fútbol y no de­frauda cuando la acción pasa al te­rreno de juego; pero la historia avan­za veloz también fuera de las can­chas. La línea argumental no se pier­de en ningún momento, pero no des­cuida ninguna de las subtramas que aparecen desde el principio: la eco­nomía familiar, el estudio, la joven amiga que dejó en Nogales, el po­co escrupuloso manager, la familia, los nuevos amigos del equipo de fútbol… a menudo le basta unos pla­nos sin artificio para resolver una ac­ción compleja. La luz de las imágenes -es Uruguay- es preciosa.

La película se rodó en coproducción con Argentina y Brasil, con un presupuesto de 672.000 euros y contó con la ayuda del programa Iber­media. La productora Lucía Gaviglio trabajó seis años desde la publicación de la novela hasta su presentación en el festival de Cannes en mayo de 2017.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Sebastián Gallo
  • Montaje: Santiago Bednarik, C. A. Morelli
  • Música: Hernán González
  • Duración: 102 min.
  • Público adecuado: +12 años
  • Distribuidora: European Dreams Factory
  • Uruguay, Argentina, Brasil, 2017
  • Estreno: 1.6.2018
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.