Mi tío

Mi tío: Un feliz regreso

Qué inmenso placer descubrir, 45 años después de su estreno, esta genial y divertida película de Jacques Tati. Con Mi tío, el francés dio una lección de humor de guante blanco, sencillo y apto para todos los públicos. En esta cinta, como en otras de su filmografía, Tati dirige y escribe el guión, además de encarnar al singular Monsieur Hulot. Involuntariamente torpón, abstraído y muy humano, este personaje reclama un lugar en el Olimpo de los grandes personajes del género cómico, junto al Charlot de Chaplin o al imperturbable Cara de palo del gran Buster Keaton.

Mi tío es una sucesión de gags con un leve hilado argumental que se teje en torno a la relación entre Hulot y su sobrino Gerard, un chaval de nueve años. Gerard sufre las excentricidades de sus padres, unos nuevos ricos hipnotizados por los adelantos tecnológicos de su hogar, la mayoría de ellos bastante absurdos. Tati retrata este esnobismo de diseño, con mucha ironía pero sin ser hiriente.

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Poseedor de un enorme talento para retratar los detalles cotidianos, Tati consigue que la risa surja de forma espontánea, como si realmente no se lo propusiera. Hay poco diálogo pero una inagotable fuente de recursos sonoros que, como la fotografía de tonos pastel o la alegre y pegadiza música, llenan de vida la película.

Quizás las casi dos horas de duración de la cinta sean excesivas; no deja de ser un pecado venial que no empaña el dechado de virtudes de Mi tío, feliz regreso de uno de los grandes talentos cómicos del siglo pasado.

* Una pena, que Mi tío y Las vacaciones de M. Hulot sólo se pasen en cines de Madrid y Barcelona. Los veraneantes de otros lugares de España también se las merecen.