Mia Sarah: Vitalismo optimista

Dos hermanos viven en una buena casa, la del abuelo Paúl, en su día célebre escritor español. La veinteañera y soñadora Marina cuida maternalmente a su hermano Samuel, un adolescente aniñado que recibe clases a domicilio por su patológica alergia a la calle. La llegada de Gabriel, el enésimo profesor particular, romperá el extravagante status quo de una existencia que avanza con el freno de mano medio levantado…

Gustavo Ron (Madrid, 1972) se estrena en el largometraje con esta fábula romántica que se aventura por senderos poco transitados por el cine español. Salta a la vista que Ron es un tipo listo, que sabe rodar y escribir. Quizás por eso no ha usado la fórmula trillada de la inmensa mayoría de las comedietas facilonas que llegan a los cines o que dominan las parrillas de las televisiones. El guión de Ron y Edmond Roch puede gustar más o menos, pero es original y tiene personalidad. Hay un dato que no se debe perder de vista, y es que Roch sólo había escrito un guión precedente. Pero menudo guión. El de la valiosísima Tic tac, dirigida por la barcelonesa Rosa Vergés y estrenada en 1997.

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Formado cinematográficamente en Londres, Ron tiene debilidad por el vitalismo optimista de la comedia clásica norteamericana (Vive como quieras, de Frank Capra, puede valer) y por el realismo mágico italiano (pensemos en el tratamiento que hace Vittorio de Sica del guión de Zavattini en Milagro en Milán). Hay rasgos muy perceptibles, especialmente en la construcción de personajes, de la manera de escribir del también italiano Roberto Benigni.

Por encima de algunos problemas comprensibles en una opera prima Mía Sarah logra ser una tierna, divertida e ingeniosa historia de amor a cuatro bandas, con un inteligente uso de la siempre arriesgada escalera temporal que comunica distintas generaciones. El diseño de producción es bueno y la fotografía de David Carretero (Piedras, Malas temporadas) sabe leer el deseo de Ron de moverse en los parámetros de la fábula.

La frescura de la sevillana Verónica Sánchez y la simpatía del madrileño Daniel Guzmán casan bien y hacen entrañable y cercano este relato sobre la cosa del fall in love, siempre fascinante, siempre distinta, cuando detrás del lápiz y de la cámara hay gente sensible. La proverbial tontuna de los enamorados se plasma bien en una de las baladas que suenan, When you smile. El recurso musical es una opción bastante radical de Ron, que no sé si mantendrá en futuras películas.

En el capítulo interpretativo destaca Diana Palazón: lo mejor de la película son sus peroratas telefónicas, un sorprendente recital de vis cómica.

La edición en DVD sorprende por unos extras muy cuidados, cosa nada habitual en una producción nacional de estas características. Además de los trailers promocionales y una galería de fotos del rodaje, el DVD contiene seis making off interesantes y bien montados que se centran en diferentes aspectos de la cinta como el montaje, la fotografía y la música.

Ficha Técnica

  • David Carretero
  • Juan Sánchez  César Benito
  • Filmax  103 minutos
  • Jóvenes
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