Micmacs

Jean-Pierre Jeunet da una vuelta de tuerca a sus cuentos adultos de ensoñación surrealista

Micmacs (2009)

Micmacs: Bazil y los cuarenta traperos

Las armas han tenido un protagonismo abrumador en la vida de Bazil (Dany Boon). El encuentro con una pandilla de traperos le permitirá ajustar cuentas con la industria del armamento que tanto dolor le ha infligido.

Después de dos años inmerso en un proyecto que finalmente no salió adelante (la costosísima adaptación al cine de la premiada y muy vendida novela Vida de Pi escrita por el canadiense Yann Martel), Jeunet presenta un trabajo que sigue la estela de obras anteriores, pero que explora nuevos territorios y juega con el cine como lo haría un niño que acaba de recibir un sofisticado juguete.

Amelie (2001) y Delicatessen (1997) son las insignias que se colocan al frente de esta película en la que según el propio Jeunet, hay influencias de Misión Imposible (1996), del director Sergio Leone y de la factoría Pixar. Estas referencias, cuanto menos llamativas si se meten en el mismo saco, tienen que unirse a un guión escrito en solo tres meses, pero trabajado hasta la saciedad junto a su colaborador habitual Guillame Laurant.

Los personajes son excéntricos y la puesta en escena tiene un exotismo surreal, algo que Jaunet maneja con soltura. Los diálogos están llenos de inocencia, de cariño y de una sutileza entrañable. Los asuntos abordados son oscuros -incluso sombríos- pero la ternura del tratamiento y el sentido del humor del guión logra un tono atractivo que ahuyenta el pesimismo o la amargura. Jaunet introduce unas escenas eróticas para crear una situación satírica en un momento importante de la trama, contribuyendo aún más al tono adulto de la narración.

Los traperos -los ecos de la capriana familia Sycamore de Vive como quieras (1938) son evidentes- conforman un grupo singular, que el director mima para hacer querible.

Los créditos iniciales son muy vistosos. No precisamente por su complejidad técnica, sino por su significado. Están diseñados al  estilo clásico de las películas americanas de los años cuarenta y cincuenta. Un homenaje a la grandiosidad de la sencillez. Un espectáculo para disfrutar en pantalla grande.

En el acabado visual de la película cobra mucha importancia el uso del gran angular, una lente a la que Jeunet es tan aficionado. Los rostros se deforman creando auténticas caricaturas. Tetsuo Nagata ha sustituido a Bruno Delbonnel en la fotografía. Se puede observar algún cambio en la fotografía de Micmacs, ya que se ha introducido en la paleta de color, algunos tonos más fríos de los que están acostumbrados a usar. Los púrpuras y azules se mezclan con los tonos cálidos que son la base del estilo Jeunet. Probablemente se deba a la temática de la película que se acerca tímidamente al género de acción y suspense.

Otra de las novedades que ofrece esta película son los insertos subjetivos del personaje de Boon, que son como una serie de cortometrajes, con su estructura interna y sus cuidados detalles, que consolidan y justifican la personalidad de Bazil. Una buena manera de acercarnos aun más al personaje sin alejarnos de lo que ocurre en la secuencia. Se saborean como pequeños caramelos que salpican la acción.

Micmacs es una película divertida, con aportaciones interesantes a un estilo ya conocido y un juego entrañable con el espectador, que se disfruta en la medida en que se conozcan las reglas del juego de Jeunet.

▲ Su sentido del humor y su originalidad.

▼ La pérdida de interés en la segunda mitad.


Micmacs

País: Francia Dirección: Jean-Pierre Jeunet Guión: J.-P. Jeunet, Guillame Laurant Fotografía: Tetsuo Nagata Montaje: Herve Schneid Música: Raphaël Beau Intérpretes: Dany Boon, Dominique Pinon, Jean–Pierre Marielle, Andre Dussollier, Omar Sy, Julie Ferrier, Nicolas Marie, Marie–Julie Baup, Michel Cremades, Yolande Moreau Duración: 105 min. +18 años (sexo) Distribuidora: Vértigo Estreno: 10 de junio 2011

Ficha Técnica

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