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Mil años de oración

Wayne Wang regresa a sus raíces independientes y demuestra que todavía queda algo en él de la brillantez y originalidad exhibida en Smoke o en La caja china

Mil años de oración, de Wayne Wang

Mil años de oración: Mucho con poco

Después de una temporada entregado a proyectos comerciales bastante anodinos como Sucedió en Manhattan o Last holidayWayne Wang regresa a sus raíces independientes y demuestra que todavía queda algo en él de la brillantez y originalidad exhibida en Smoke o en La caja china.

La trama de Mil años de oración es la clase de material con la que el realizador nacido en Hong Kong, especialista en contar mucho con muy poco, se encuentra más cómodo: está centrada en Shi (Henry O), un pekinés jubilado y viudo que viaja a Estados Unidos para intentar dar ánimos a su hija (Faye Yu), recientemente divorciada. Con la reunión entre padre e hija saldrán a la luz antiguos resquemores, surgidos a partir de una relación siempre basada en la incomunicación. El guión se basa en un relato corto de la joven y premiada escritora china afincada en Estados Unidos Yiyun Li.

Se trata de una película modesta, rodada con inteligencia en alta definición, con un acabado bastante redondo que, sin embargo, peca de falta de calidez y emoción en un esfuerzo exagerado por mantener siempre un tono sutil y cerebral. Es casi un Lost in translation a la inversa, en el sentido de que es esta vez la cultura oriental la que choca con la occidental. Wang saca a relucir los defectos y virtudes de ambas culturas con bastante humor e ingenio.


Henry O, un actor chino con una amplia trayectoria en producciones televisivas y cinematográficas estadounidenses, está sencillamente sublime en el papel del anciano. Su interpretación fue merecedora de la Concha de Plata en el pasado Festival de San Sebastián, desbancando al gran favorito, Viggo Mortensen, presente en el certamen con Promesas del Este. La cinta se llevó también el máximo galardón en dicho festival.

Como nota curiosa, Wang rodó prácticamente a la par otro relato corto de la misma escritora: La princesa de Nebraska. Es toda una experiencia contemplar estas dos obras de forma conjunta, ya que representan dos concepciones del cine completamente opuestas: ésta última está rodada en formato digital, cámara en mano y en un estilo absolutamente directo y visceral.

Ficha Técnica

  • EE.UU. (A Thousand Years of Good Prayers, 2007)
  • Patrick Lindenmaier
  • Deirdre Slevin
  • Lesley Barber
  • Karma Films
  • 83 minutos
  • Jóvenes
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