Miss Potter

Miss Potter es la historia de la novelista británica Beatrix Potter, una mujer decidida que luchó tenazmente para que se reconociera su talento como escritora e ilustradora de cuentos para niños y que, a día de hoy, sigue siendo una de las autoras más vendidas de la literatura infantil. Siempre inconformista, no se plegó a las convenciones sociales de su época -la Inglaterra de comienzos del siglo XX-, optó por una vida independiente y vivió una historia de amor secreta con su editor, Norman Warne.

De todo ello habla Miss Potter, un biopic protagonizado por la tejana Renée Zellweger, una actriz todoterreno que soporta el peso del filme y que encarna a la perfección a la novelista, a la que dota de ingenio y ternura a partes iguales. Zellweger está bien secundada por dos actores británicos de prestigio: el escocés Ewan McGregor –Big Fish (2003)-, en el papel del dulce Warne, y Emily Watson –Gosford Park (2001)- como la hermana del editor y confidente de Potter.

El australiano Chris Noonan, responsable de la exitosa Babe, el cerdito valiente (1995), por la que cosechó 7 nominaciones a los Oscar -entre ellas las de mejor película y director-, es el director y demuestra una vez más su capacidad para recrear mundos de fantasía. En esta ocasión es el mundo imaginado por la popular escritora británica, poblado por conejos con chalecos de botones dorados y ocas coquetas, el que cobra vida ante su cámara. Y ése es precisamente el mayor logro del filme. Noonan consigue introducir al espectador en ese universo y hacerle partícipe de él de manera que se identifique con su creadora. En este sentido, los efectos especiales y la ambientación, ambos sobresalientes, son claves.

Esta manera de enfocar el filme, centrándose más en la Beatrix creadora que en su faceta de intelectual de pensamiento independiente, aporta originalidad a la historia y diferencia la película del resto de biopics al uso, pero también conlleva sus contrapartidas. Así, tramas como la de la historia de amor o su lucha contra las normas sociales de la época -elementos ambos claves también para comprender mejor la figura de la escritora inglesa- quedan en un segundo plano en el guión y tienen un desarrollo más esquemático.