No es mi tipo

No es mi tipo: Medias naranjas

El director belga Lucas Belvaux (Una pareja perfecta) adapta una novela de éxito en Francia cuya historia es el revés de aquella. Clément, un joven y estirado profesor de filosofía parisino, es enviado a Arrás por un año. El traslado a provincias se le hace insoportable, pero conoce a Jennifer, una preciosa peluquera, alegre y optimista; contra todo pronóstico se enamoran. Pero… son tan diferentes.

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No es mi tipo, título que se puede aplicar a Jennifer y a Clément por igual, se trata de un romance agridulce que no tiene empacho en señalar problemas reales que las comedias y dramas románticos suelen ignorar: al enamoramiento le acompaña un largo cortejo de experiencias y situaciones que, junto con las diferentes sensibilidades, pueden hundir el barco del romance. Belvaux las señala y lleva la historia a su lógica conclusión. Jennifer es abierta, positiva, entusiasta; Clément es reservado y cínico, no cree en el amor, ni en el compromiso. Belvaux carga las tintas y crea dos personajes sólidos, monolíticos, opone la espontaneidad de provincias a la frialdad de la capital, el campo a la ciudad, el color de allá a los grises de acá.

La historia está perfectamente narrada, tal vez de modo excesivamente lineal, evitando subtramas y complicaciones que afecten la idea central, incluidas las interesantes perspectivas que ofrecían, por ejemplo, los amigos de uno y otra. Hay momentos cinematográficos brillantes y hay una excelente actriz, Émilie Dequenne (protagonista de Rosetta), que ilumina la pantalla con una sonrisa, y hace llorar cuando sus ojos se nublan.