Noche y día

Comedia veraniega de palomitas, el último trabajo de Cruise da con un tono adecuado en el que el humor y la acción encuentran su simbiosis

Noche y día (2010), de James Mangold

Noche y día: Palomitas y… ¡acción!

Tras dos años de ausencia en la gran pantalla, el actor norteamericano Tom Cruise vuelve a la palestra con una comedia de acción veraniega. En la línea de Misión imposible, la nueva película de James Mangold -director de Identity o El tren de las 3:10 (todo un magnífico western)– sigue el rastro de un espía algo rarito, acusado y perseguido por traición. En su camino se cruza Cameron Diaz quien, por azarares varios, se verá envuelta en una complicada trama que le supera por momentos.

Siguiendo la estela de filmes como Mentiras arriesgadas o la más reciente Sr. y Sra. Smith, Noche y día presenta un argumento ya mil veces contado que sin embargo emana frescura y agilidad. A través de la réplica de Cameron y de la contrarréplica de Cruise, la película consigue un equilibrio visible desde el estupendo arranque en el interior del avión.

Sin contar con grandes pretensiones narrativas, Noche y día logra escenas de acción impactantes -algo que ya veníamos echando de menos en películas como Furia de titanes o Iron Man 2– y una buena dosis de humor. Con todo, el guión de Patrick O’Neill no abandona los clichés del género e incurre en giros argumentales grandilocuentes y más de una fantasmada made in Hollywood.


El peso de la balanza del filme se inclina sin duda en el derroche de efectos visuales del largometraje: muy logrados en el caso del accidente y no tanto en el caso del encierro taurino en Sevilla. Bien es cierto que la persecución por las calles hispalenses es trepidante, pero los primeros y medios planos traicionan la calidad visual delatando el croma y algún que otro toro en 3D. A esto se suma la… creatividad de los guionistas estadounidenses, empeñados en aglutinar en Sevilla todas las fiestas nacionales de España.

Por si no hubiéramos tenido poco con aquellas magnificas y risibles Fallas que aparecían en las calles de Sevilla en Misión imposible 2, ahora nos encontramos a su población ataviada de blanco y rojo para apropiarse de la tradición pamplonica. Desde luego no resulta nada nuevo a estas alturas y no nos encontramos ante un tratamiento exclusivo en cuanto a la labor de documentación, aunque echamos de menos un poco de investigación al respecto.

En este afán de repetición de clichés, Jordi Mollà se vuelve a poner el traje de perverso traficante -que estrenara en Collateral– para encarnar a un malísimo Antonio Quintana, con algún que otro esbirro con serias dificultades para pronunciar el castellano.

A pesar de las carencias de Noche y día y de sus repeticiones, fruto de su concepción como película veraniega de palomitas, el filme logra atrapar al espectador desde el arranque, es atractivo y aprovecha al máximo la química de la pareja protagonista. Sin ser destacable, cuenta con varios aciertos entre los que sobresale la banda sonora de John PowellCómo entrenar a tu dragónGreen zone-, en la que la inspiración latina y los homenajes al grupo musical Gotan Project y su Revancha del tango llenan de matices la partitura.

La secuencia del avión.

Los clichés del guión.

Ficha Técnica

  • EE.UU. (Knight and Day, 2010)
  • Phedon Papamichael
  • Quincy Z. Gunderson, Michael McCusker
  • John Powell
  • Fox
  • 115 minutos
  • Mayores de 16 años
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