Nueve reinas

La trama es una tela de araña compleja y perfecta, cuyo desencadenante nos recuerda a los MucGuffin de Hitchcock

Nueve reinas

Nueve reinas: A lo Hitchcock

Desde el timo de la estampita de Los tramposos hasta el fracaso de los buscadores de El tesoro de Sierra Madre, pasando por la persecución de La ciudad desnuda, la historia del cine ofrece un amplio abanico de robos y estafas. En Nueve reinas, Marcos y Juan, maestro y aprendiz, unirán sus trucos por un día. El primero, movido por la filosofía de vida de «puedo comprarlo pero también puedo no comprarlo» y el segundo digamos que motivado por la necesidad. A medida que asombran y hacen reír al espectador con inimaginables artimañas, también van sembrando la polémica.

Y si Ricardo Darín y Gaton Pauls bordan sus interpretaciones, Fabian Bielinsky (director y guionista) presenta un guión realmente trabajado: la trama es una tela de araña compleja y perfecta, cuyo desencadenante nos recuerda a los MucGuffin de Hitchcock (véase Con la muerte en los talones). En este caso, el MucGuffin es una plancha de sellos, de vital importancia para los protagonistas, pero no para el narrador. Todo gira en torno a dichos sellos. Sin embargo, el astuto de Bielinsky capta nuestra atención con todo lo demás: la urgencia, la suerte, una máquina de cortar papel, la música, el modo de dosificar la información, … Así, este debutante argentino cumple en Nueve reinas una de las premisas del maestro del suspense: «el primer trabajo del cineasta es crear la emoción, el segundo preservarla.»

Nueve reinas, un juego de espejos en el que mentira y verdad se impregnan la una de la otra, demuestra una vez más que sólo con talento se puede hacer una buena película, pero sólo con dinero no.


Paloma Romera de Landa

Ficha Técnica

  • Fotografía: Marcelo Camorino
  • Música: César Lerner
  • País: Argentina
  • Año: 2000
  • Duración: 112 min.
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