Océanos del fuego

Océanos del fuego: Carreras de caballos

Océanos del fuego | Inspirado en hechos reales, el guión -del autor del libreto de Spirit, el corcel indomable– relata la epopeya de Frank T. Hopkins, un cowboy de madre india, explorador de la Caballería de Estados Unidos e invencible corredor de larga distancia a lomos de su pequeño caballo Hidalgo, mestizo como él.

Hastiado de las masacres contra los indios, Hopkins trabaja en el patético circo de Buffalo Bill. Desde allí, viajará a Arabia para participar en una carrera conocida como Océanos de fuego. Se trata de una milenaria travesía a través de 4.800 kilómetros del desierto de Arabia, plagada de peligros. Hopkins y su caballo Hidalgo serán los únicos no árabes de la competición.

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El tejano de 54 años, Joe Johnston, formado en la USC Film School es muy conocido por su trabajo de efectos visuales y diseño de producción en muchas películas de George Lucas. Como director tiene títulos interesantes como Jumanji, Cielo de octubre y Rocketeer. Aunque los conflictos dramáticos son esquemáticos y algo cargantes en Hidalgo, se integran bien en el conjunto los mejores ingredientes de películas inspiradoras como Lawrence de Arabia, Bailando con lobos, Indiana Jones y La momia. La sólida puesta en escena de Johnston está siempre a tono con la progresión dramática del relato, en su mayor parte épica, pero hábilmente oxigenada por una sencilla historia de amor y amistad interracial, por eficaces golpes de humor y por un bello elogio del mestizaje.

Océanos del fuego desarrolla su propuesta sin concesiones groseras a la galería ni excesos truculentos, y a través de unos actores siempre contenidos y que se toman muy en serio sus respectivos papeles. Sobresale en este punto Viggo Mortensen -que confirma sus cualidades para el cine de aventuras- y el veterano Omar Shariff, estupendo en su papel de jeque, muy cercano al que interpretó en 1962 en Lawrence de Arabia.