On the Rocks

On the Rocks: Padres e hijas

· Crítica de On the Rocks | Disponible en Apple TV+.
· La cinta lleva el sello incon­fun­dible de Sofia Coppola, em­pezando por su pareja protagonista, muy similar a la de Lost in Trans­lation.

Laura es escritora, tiene treinta y muchos años y tres hijos. Está ca­sada con un afroamericano en el cul­men de su carrera profesional, mien­tras ella atraviesa una etapa de crisis creativa. Sospecha que su ma­rido tiene una aventura y, en ese momento, aparece su padre -un mu­jeriego impenitente- dispuesto a in­vestigar qué hay de cierto en sus te­mores.

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Esta dramedia lleva el sello incon­fun­dible de Sofia Coppola, em­pezando por su pareja protagonista –Bill Murray y Rashida Jones-, que guar­da un paralelismo asom­broso con la pareja de Lost in Trans­lation –Bill Murray y Scarlett Johansson–, que fue la película que hizo saltar a la fama a la cineasta.

Los temas que aborda la cinta -las relaciones padres-hijos, las rela­cio­nes de pareja, la confianza, la in­fi­delidad, la maternidad o las dife­ren­cias entre hombres y mujeres- son cuestiones ya abordadas en la filmografía de Coppola. Y abor­da­das desde una perspectiva y una mi­rada absolutamente femeninas.

La cinta tiene un tempo lento y un tono discursivo, otro clásico del ci­ne de Coppola. Los personajes hablan mucho entre ellos y es a tra­vés de esos diálogos -cuidados, in­teligentes y verosímiles- como se cons­truye la acción.

Quizás el flanco débil de la cinta es, precisamente, la historia de la in­fidelidad matrimonial, pero es que es­te suceso es solo un mcguffin que uti­liza Coppola para contar lo que realmente le interesa, que es la relación padre-hija y su ajuste de cuentas con el pasado. Una vez que el con­flicto pone en marcha la historia lo resuelve con dos brochazos -todo hay que decirlo- poco elaborados.

Una película así -tan discursiva, tan aparentemente vacía de acción- so­lo se sostiene, además de con un buen libreto, con un elenco sólido de actores y volvemos a lo que señalábamos al principio: la sintonía de Bill Murray con el cine de Sofia Co­ppola. Solo desde esa química se puede construir un personaje tan deleznable y, al mismo tiempo, tan digno de compasión como el que interpreta el veterano actor. A su la­do, la polifacética Rashida Jones compo­ne también un personaje creí­ble y cercano con sus dudas, sus for­ta­le­zas y su juicio duro e indulgente a la vez hacia su padre. Son los dos pi­lares de este título imperfec­to pe­ro muy disfrutable.