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Vigalondo empieza bien, pero termina mal, con una acumulación de elementos que acaban por agotar al espectador

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Open Windows: Batiburrillo en clave multipantalla

Un friki de la informática y fan de una conocida actriz se ve inmerso en un complejo y macabro  juego de persecución a través de internet.

Hay que reconocerle a la última película de Nacho Vigalondo un sensacional arranque. Un torrente de ritmo que promete un film grande, mucho más que Los cronocrímenes o El extraterrestre. El punto de partida es interesante y el recurso narrativo de acudir a las pantallas para contar la historia en diferentes planos, aunque a estas alturas no es original, resulta eficaz.

El gran problema es que, después de este arranque, el director pierde las riendas de la historia y se empiezan a acumular elementos y subtramas sin demasiado sentido, marcados por el capricho o la simple conveniencia, el ya que estamos vamos a sacarlo. En este sentido, la subtrama pornográfica –aprovechando que tenemos a Sasha Grey– es solo un ejemplo de esta acumulación.

Elijah Wood en Open windows

La película termina siendo un sinsentido, un batiburrillo de puntos de giro caprichosos, una suma de tramas deshilachadas, una especie de sucesivos auto homenajes de mira lo que hago… en una palabra, lo que empezó muy bien acaba como una persecución multipantalla bastante agotadora.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Jon D. Domínguez
  • Montaje: Bernat Vilaplana 
  • Música: Jorge Magaz
  • Duración: 100 min
  • Distribuidora: eOne
  • Público adecuado: +18 años (VX+)
  • Estreno en España: 4.7.2014

España, 2014. 

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