Overlord

Overlord: Serie B bélica

· Overlord no engaña, no es una gran película, es una cinta de serie B, que busca entretener y, si no has perdido la inocencia y te atreves a recuperar el espíritu infantil, lo logra.

Estamos en plena Guerra Mundial, en vísperas del Día D, a bordo de un avión, a punto de ser lanzados detrás de las líneas enemigas. El alto mando ha ordenado la destrucción de una antena que podría hacer fracasar el desembarco. El puñado de paracaidistas que alcanzan su destino, un pueblecito francés sin importancia, se encuentra con que los nazis están realizando algo extraño y atroz en esa aldea, algo que puede cambiar la marcha de la guerra.

Permítanme empezar con una digresión, La forma del agua, que ganó algún Oscar, era una versión de El monstruo de la laguna negra, con presupuesto; serie B de lujo (técnicamente eso es un oxímoron), y no desprecio ninguna de las dos películas. Overlord entra de lleno en la serie B bélica, cine de entretenimiento puro, con buena factura, sin pretensiones, con todos los tópicos del género y con guiños a mansalva.

El arranque aéreo es convencional, presentar a los personajes y dejar clara la misión. Serán los únicos minutos de respiro, porque ha comenzado en plena misión y los tiros empiezan antes de llegar a Francia. El resto es acción bélica y de terror, porque lo que hay en ese pueblo es… un horror. Y la mezcla no está mal, un fondo bélico permite animar el cotarro mientras la acción en torno a la espantosa fortaleza donde se realizan macabros experimentos sigue el canon de las películas de miedo.

Overlord no engaña, no es una gran película, es una cinta de serie B, que busca entretener y, si no has perdido la inocencia y te atreves a recuperar el espíritu infantil, lo logra.