Padre e hijos: Cómo unir a la familia

En Padre e hijos Philip Noiret (El sr. Henri comparte piso) encarna a Leo, un señor mayor jubilado con tres hijos: uno es un próspero y estirado empresario, otro es el prototipo de perdedor y está en el paro, y el tercero es un despreocupado vividor. Como familia es un desastre, no se ven, ni se hablan, ni siquiera parece que se aprecien. Simplemente se toleran.

En una de las raras reuniones familiares, Leo tiene un ligero malestar que aprovecha para urdir un plan con el objetivo de unir a la familia: anuncia a sus hijos que se está muriendo, pero que tal vez haya una posibilidad de escapar a la operación y retrasar la muerte. Ese será el punto de arranque de un largo viaje de los cuatro a Quebec en el que la familia tendrá ocasión de discutir, explicarse, hacer las paces, pelearse otra vez y descubrir que se quieren entrañablemente.

La película tiene pocas sorpresas, pero está maravillosamente interpretada y dotada de un gran equilibrio y delicadeza. Un agradable entretenimiento, lleno de sentido positivo.

Aunque finalmente no se llevó ningún reconocimiento, la película estuvo nominada a los Premios César con dos opciones.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Patick Blossier
  • Montaje: Jennifer Augé
  • Música: Michel Cusson
  • País: Francia/Canadá
  • Año: 2003
  • Distribuidora: Sherlock

Padre e hijos (Père et fils, 2003)

 

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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.