El Papa Francisco: Un hombre de palabra: «Qué vuestro modo de hablar sea: Sí, si. No, no. Lo que exceda de esto viene del Maligno»
· Al escuchar al Papa Francisco encontramos a un hombre enamorado de Jesucristo, que se dirige no solo a los creyentes sino también a los que no lo son.
Detrás de esta película está Dario Viganò, el sacerdote que fue prefecto de la Secretaría de Comunicación del Vaticano y que renunció el 19 de marzo de 2018, tras la desafortunada lectura de fragmentos de una carta del Papa emérito Benedicto XVI, en el acto de presentación de una colección de libros que recogían estudios sobre el magisterio (la palabra escrita) del Papa Francisco.
Todos nos podemos equivocar. Viganò se equivocó al cercenar la carta de Benedicto XVI. El Papa alemán (un hombre de una inteligencia y una bondad impresionantes) decía a Viganò:
Muchas gracias por su amable carta del 12 de enero y por el regalo de los once pequeños volúmenes editados por Roberto Repole. Aplaudo esta iniciativa que quiere oponerse y reaccionar al tonto prejuicio según el cual el Papa Francisco sería solo un hombre práctico privado de particular formación teológica y filosófica, mientras yo habría sido únicamente un teórico de la teología que poco habría comprendido de la vida concreta de un cristiano hoy. Los pequeños volúmenes muestran con razón que el Papa Francisco es un hombre de profunda formación filosófica y teológica y ayudan por tanto a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, incluso con todas las diferencias de estilo y temperamento.
Sin embargo, no me siento como para escribir sobre estos “una breve y densa página teológica”. En toda mi vida siempre ha estado claro que escribiría y me expresaría solo sobre libros que he verdaderamente leído. Lamentablemente aunque solo por razones físicas, no estoy en situación de leer los once volúmenes en el futuro próximo, por cuanto me esperan otros compromisos ya asumidos.
Solo al margen quisiera anotar mi sorpresa por el hecho que entre los autores figura también el profesor Hünermann, que durante mi pontificado salió a la luz por haber encabezado iniciativas anti-papales. Él participó en forma relevante en el lanzamiento de la “Kölner Erklärung” (Declaración de Colonia), que en relación a la encíclica “Veritatis splendor” atacó en forma virulenta la autoridad magisterial del Papa, especialmente en cuestiones de teología moral. También la “Europäische Theologengesellschaft” (Sociedad Alemana de Teólogos) que él fundó, inicialmente pensada por él como una organización en oposición al magisterio papal. Posteriormente, el sentir eclesial de muchos teólogos impidió esta orientación, convirtiendo a esa organización en un instrumento normal de encuentro entre teólogos.
Estoy seguro que habrá comprensión por mi negativa y lo saludo cordialmente.
Suyo, Benedicto XVI.
El momento para Wenders
Como verán, la carta y toda la introducción dedicada a Viganò es muy interesante porque muestra el trabajo de un comunicador, que quiere que se conozca la enseñanza y el mensaje de un Papa, Francisco, que con frecuencia no ha sido entendido. La película de Wenders busca justamente eso.
Viganò, que fue director del Centro Televisivo Vaticano (CTV) desde 2013 y prefecto de Comunicación desde 2015, tuvo la idea de que un director prestigioso pudiese hacer una película en la que la palabra de Francisco fuese la gran protagonista. Con una tesis doctoral sobre La Iglesia y el cine en la diócesis de Milán entre 1894 y 1979 y posteriores trabajos en fundaciones y revistas relacionadas con el cine, Viganò aprovechó la entrega de un premio en el Festival de Venecia que otorgó a Wenders para conocerle y hablar del proyecto. Wenders aceptó y pudo rodar durante cuatro tardes declaraciones a cámara del Papa. El resto del metraje procede del archivo de CTV con imágenes de Francisco en el Vaticano y en sus viajes pastorales.
El resultado es bueno: Wenders logra un relato interesante y atractivo que concede todo el protagonismo a la palabra del Papa. Hay un recurso inteligente y sensible que vertebra la película y es la comparación entre las enseñanzas de Francisco de Asís (1181-1226) y las del Papa argentino nacido en 1936. Actuando como narrador intermitente, Wenders (que no aparece en ningún momento, gran acierto) va hilando un discurso que empieza por la preocupación papal por el cuidado de la «casa común», es decir, de nuestro planeta, de la naturaleza. Van saliendo distintas cuestiones (quizás demasiadas) en las que el Papa habla con aplomo y contundencia, advirtiendo de la necesidad de un cambio profundo en las actitudes. No es nueva esa llamada a la conversión, que acompaña al cristianismo desde su nacimiento. La novedad que supone la película es que un Papa se dirija a la cámara y hable en su lengua materna, el español.
Para rodar esas declaraciones, Wenders ha usado una modificación de la plataforma de la cámara conocida como interrotrón: «Creía que el Papa debía dirigirse a todo el mundo que viera esta película mirándole a los ojos», explica Wenders. «El sistema Interrotrón le permitía mirar directamente a la cámara sin verla, porque para la gente no siempre es cómodo mirar a la cámara. Por eso, cuando le entrevistábamos, él me miraba a mí, a la cara, a los ojos, que estaban al mismo nivel que la lente. Al comienzo del proyecto ya me di cuenta de que un formato de entrevista convencional no estaría a la altura». Wenders hizo llegar al Papa las preguntas, pero el Papa no quiso usar teleprompter en ninguna de las cuatro entrevistas.
Wenders acierta en la planificación de esas declaraciones del Papa que se nos muestran siempre ligadas al rostro de Francisco en primer plano, sentado en los Jardines Vaticanos o en el interior, en su lugar de trabajo. Se evita disociar palabra e imagen, una tentación grande porque cabe pensar que esas secuencias podrían hacerse pesadas o reiterativas. Gracias a la calidad del montaje, la película fluye y tiene momentos de extraordinaria emoción como el encuentro del Papa Francisco con unos presos en una cárcel estadounidense, su visita a los refugiados en Lampedusa o el consuelo que quiere ofrecer a los que acaban de sufrir el paso de un ciclón que ha dejado miles de muertos en Filipinas.
La filmación en Asís de escenas de la vida de San Francisco se hizo con una cámara de los años 20 y en blanco y negro. Se pretendía dar a esos pequeños insertos un aire especial. Me parece que no lo consiguen, pero entiendo que lo intenten.
Al escuchar a Francisco encontramos a un hombre enamorado de Jesucristo, que se dirige no solo a los creyentes sino también a los que no lo son. El Papa es argentino y habla como un argentino. Un joven que estudió Química, novicio jesuita en 1957 con 21 años, ordenado sacerdote con 33 en 1969, provincial de los jesuitas argentinos entre 1973 y 1979, obispo desde 1992. Obviar esa biografía es un error, como lo sería no tener en cuenta que sus predecesores fueron un alemán nacido en 1927, catedrático universitario de teología y prestigioso investigador, arzobispo de Múnich y poco después prefecto durante décadas de la Congregación de la doctrina de la fe. Y un polaco nacido en 1920, seminarista clandestino perseguido por los nazis. Luego sacerdote perseguido por los comunistas. También profesor universitario, con una enorme experiencia pastoral en el trato con estudiantes, trabajadores de toda condición y matrimonios. Obispo desde los 38 años, Papa con 58. Francisco canonizó a Juan Pablo II en 2014, solo nueve años después de su muerte. Un récord comprensible ante la clamorosa santidad de Karol Wojtyla y su enorme trabajo al servicio de la Iglesia y de la Humanidad.
Como señaló con su fina inteligencia el Papa Ratzinger, en la carta que citamos al principio con motivo de la colección de libros que le habían enviado, «el Papa Francisco es un hombre de profunda formación filosófica y teológica y ayudan por tanto a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, incluso con todas las diferencias de estilo y temperamento».
Con su estilo y su temperamento, el Papa Francisco quiere sembrar semillas que den fruto en los que le vean en esta película notable.
Ficha Técnica
- Dirección: Wim Wenders,
- Guion: Wim Wenders, David Rosier,
- Fotografía: Lisa Rinzler
- Montaje: Maxine Goedicke
- Música: Laurent Petitgand
- Duración: 96 min.
- Público adecuado: Todos
- Distribuidora: Universal
- EE.UU. (Pope Francis: A Man of His Word), 2017
- Estreno: 28.9.2018