Promises: Las flores del mal

Poca gente -si exceptuamos a Peter Jackson– dedica varios años de su vida (cinco, en este caso) a rodar una película. Promises hace realidad una idea que, desde 1998, venía rondando por la cabeza del periodista B. Z. Goldberg. A este judío norteamericano, que pasó su infancia en Jerusalén, se le unieron la judía sudafricana Justine Shapiro, experimentada en documentales para televisión (serie Lonely planet) y el montador mejicano Carlos Bolado (Como agua para chocolate, Amores perros).

El resultado ha sido Promises, una cinta preñada de sinceridad que afronta la ardua tarea de retratar la vida diaria en Jerusalén y sus aledaños. Hasta allí nos trasladan las cámaras para dar protagonismo a siete niños (elegidos de entre más de cien), vecinos y enemigos en una tierra disputada, santa para tres religiones monoteístas (se echa en falta, en la película, un niño árabe crístiano, que los hay). Siete historias narradas por Goldberg (en primera persona y ante el objetivo) en su recorrido por los barrios de Jerusalén, campos de refugiados palestinos y asentamientos judíos.

Por el lado israelí, hay dos gemelos de talante laico, apasionados del voleibol y residentes en Jerusalén. También vive allí un judío que estudia doce horas diarias la Torá en una escuela religiosa. Moishe; es un colono israelí de extrema derecha que vive en un asentamiento fortificado. Los palestinos son Mahmoud, un parlanchín y categórico árabe pelirrojo de ojos verdes que vive en Jerusalén; Faraj, un musulmán partidario de Hamas; y Sanabel, refugiada palestina de una «moderna» familia árabe, apasionada de la danza. Salvado el discurso de la propaganda, el documental tiene gran humanidad y abre interrogantes que no permiten respuestas practicables.

Promises
Promises

La huella que deja en esos niños la cercanía cotidiana del odio y la violencia llega vigorosamente al espectador, que les oye hablar de muerte, cadáveres, explosiones y política. Las opiniones son contundentes y definidas, chocantes por su madurez (los niños tienen entre nueve y trece años).

«Los niños son lo que pueden ser. Son la promesa», dijo el mejicano Bolado en la rueda de prensa madrileña. El inteligente y ágil guión, los insertos de majestuosos planos aéreos de Jerusalén, la cercanía de la cámara en mano y el ameno montaje dan lugar a una película muy inteligente, que debe mucho al olfato periodístico que ha permitido salvar dificultades evidentes, como la que suponía filmar los pasos por los puestos de control custodiados por el ejército. Premiado en Rotterdam, Munich, Jerusalén, Locarno, San Francisco, Vancouver, Hamptons, Sao Paulo, París y Valladolid, candidato al Oscar al Mejor Documental, Promises hace honor a su título, en el esfuerzo esperanzado de los realizadores.

Ficha Técnica

  • Montaje: Carlos Bolado
  • País: EE.UU.
  • Distribuidora: DeAPlaneta, Sherlock
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