Qué tan lejos

Qué tan lejos: Dos en la carretera (ecuatoriana)

Esperanza y Teresa no tienen, aparentemente, nada en común. La primera es española, bordea la treintena, es pragmática e impulsiva y acaba de llegar a Ecuador para hacer turismo. La segunda es ecuatoriana, anda por los veintipocos, es idea­lista y reflexiva, se hace llamar Tris­te­za y pretende cruzar medio país por amor. Las dos se conocen en el autobús que debía llevarles a su destino, pero que se queda a me­dio camino debido a una huel­ga general. A partir de ahí seguirán el viaje juntas haciendo autostop y descu­brien­do facetas de sí mismas que descono­cían.

Las road movies de autodescubrimiento están muy condicionadas a la manera en la que maneje el ritmo su director. Tania Her­mida (Cuenca, Ecuador, 1968), formada en la Escuela de cine de San Antonio de Baños (Cuba), había trabajado como asistente de dirección en películas importantes como Prueba de vida (2000), María, llena eres de gracia (2002) y Crónicas (2003), pe­ro aún no había tomado la batuta de realizadora. Aho­ra lo ha hecho con oficio y aplomo.

La cinta da la sensación de fluir ininterrumpidamente desde su arranque hasta los títulos de crédito porque Hermida no se com­plica y tiene siempre en cuenta que el todo y no la parte es lo más importante. Pre­­senta una gran variedad de situaciones y temas paralelos, que van desde lo político a lo social, desde lo cómico a lo absurdo, pe­ro todo ello tratado con una gravedad muy medida y sin caer en la redundancia, sorteando cualquier traba en la narración que saque al espectador de la historia.

Funciona bien asimismo el juego de contrastes que se establece a partir del ca­rác­ter tan distinto de las dos protagonistas. Hay mucha química entre las actrices, ambas debutantes, aunque también hay que decir que sus personajes dan muy poco de sí a título individual por su carencia de matices. Son casi meros arquetipos diseñados en busca de crear la mejor dinámica posible como dúo. Pero la simplicidad general del filme suma más que resta en este caso, aun­­­­que sea a costa de reducir la película a la categoría de pasatiempo entretenido. En fin, buena opera prima, habrá que seguir a Tania Hermida.