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Quiero comerme tu páncreas

Romance adolescente, con intensas ganas de vivir, basado en una novela de Yuri Sumino estilo John Green, que tuvo un clamoroso éxito en Japón

Quiero comerme tu páncreas: Polos opuestos

· El animé permite cargar las tintas de una manera descarada, y eso funciona en Quiero comerme tu páncreas: colores muy cálidos, rozando a menudo el pastelón; oposición extrema de los personajes, la altura, la actitud, el pelo, las voces…

Quiero comerme tu páncreas hace alusión a una vieja superstición que dice que una enfermedad puede curarse comiendo el mismo órgano de un animal; es decir, desde el título sabemos que Sakura, la protagonista, tiene una grave enfermedad pancreática. De hecho, sin piedad, la película comienza en el funeral de Sakura. Luego descubrimos su historia de labios de un joven anónimo, compañero de clase de la protagonista, que cuenta su relación con Sakura durante esos últimos meses: resulta ser una joven animosa, decidida a no dejarse arrastrar por el pesimismo y la autocompasión, decidida a ser feliz hasta el final. Él es su opuesto, un triste solitario, sin amigos.

Quiero comerme tu páncreas fue primeramente una novela de Yuri Sumino estilo John Green, que tuvo un clamoroso éxito en Japón, fue adaptada al manga y luego se rodó en cine con personajes reales. La nueva versión, realizada en animé tan solo un año después de la anterior, supera el modelo.


Tiene esta historia todos los ingredientes para ser un éxito literario entre jóvenes: romance adolescente, ganas de vivir, lista de cosas que hacer antes de morir, atracción entre polos opuestos. Este tipo de historia no suele funcionar en cine porque a nadie le gusta ver morir a un protagonista joven y encantador, pero en esta ocasión tanto el novelista como el director han sabido jugar la tecla Green: primar el romance sobre la muerte, y dar un sentido a ésta. Y el resultado es sorprendente.

El animé permite cargar las tintas de una manera descarada, y eso funciona: colores muy cálidos, rozando a menudo el pastelón; oposición extrema de los personajes, la altura, la actitud, el pelo, las voces; una banda sonora adecuada, es decir tierna, melancólica, nostálgica; y encontrar siempre la expresión adecuada. Curiosamente, así como los fondos y las siluetas están cuidadas, la animación es deliberadamente primitiva, pero resulta eficaz.

Pero lo importante es el guion, y este sí está trabajado; es agradable cómo acerca los personajes y cómo evolucionan -más él que ella-; y también es interesante el modo en que aparecen los secundarios, familiares, amigos y simples conocidos; es muy logrado el desenlace final, una sorpresa que refuerza el mensaje optimista de Sakura, negarse a ser una víctima, a amargarse y amargar a los demás que, de alguna manera, apunta trascendencia.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Mayuko Koike
  • Música: Hiroko Sebu
  • Duración: 108 min.
  • Público adecuado: +12 años
  • Distribuidora: Selecta
  • Japón (Kimi no suizo wo tabetai), 2018
  • Estreno: 12.4.2019
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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