Rebelde entre el centeno: Jerry, una introducción
· Rebelde entre el centeno traslada a la pantalla una suerte de introducción al hecho cierto y verificable de un escritor que, tras estrellarse contra el muro de revistas que rechazan sus relatos, se va a la guerra.
Hay películas sobre personajes históricos muy relevantes con las que casi todo el mundo se siente con derecho no solo a manifestar su desagrado (cosa bastante comprensible) sino a algo mucho más llamativo y, a mi juicio, bastante prepotente: perdonar la vida al director y/o al guionista, aprovechando el viaje (en el sentido andaluz de golpetazo) para dejar bien claro que la obra, la vida y los pensamientos del retratado son perfectamente conocidas por el autor de la crítica o reseña sobre la película.
Salinger es uno de los escritores más leídos desde mediados del siglo pasado hasta la actualidad. Tras su muerte en 2010, a los 91 años, no son pocos los que se han empeñado en convertir en un misterio lo que en buena medida no lo es o al menos no es esa clase de misterio. Un excelente libro de Kenneth Slawenski se ha acercado al misterio Salinger con un rigor y una capacidad de análisis que lo convierte en una obra de referencia inevitable.
Es muy triste, pero parece que el periodismo especializado en cultura y arte se ha convertido más en una carrera para conseguir likes y reenvíos con titulares y ladillos populistas -quizás sea mejor llamarlos populacheros- que en escribir algo bien documentado donde se usen las fuentes con criterio y se ponga un notable empeño intelectual en desentrañar para uno mismo y para el lector las claves de un asunto.
A los que menosprecian esta película, que ciertamente tiene sus debilidades, se les podría contestar con estas palabras de Holden Caufield, una suerte de peculiar y limitado alter ego de Salinger: “Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles todo eso. Primero porque es una lata, y segundo porque a mis padres las daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Solo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco”.


La cosa de locos que cuenta Danny Strong en su primer largometraje no es, afortunadamente, un biopic al uso. Al menos no lo es para mí, que modestamente conozco bien la obra de Salinger y los estudios sobre su escritura y su cocina literaria. Rebelde entre el centeno me parece un intento de trasladar a la pantalla una suerte de introducción (simétrica hasta cierto punto a la célebre que Salinger consagra a Seymour Glass) al hecho cierto y verificable de un escritor que tras estrellarse contra el muro de revistas que rechazan sus relatos por considerarlos ocurrentes e ingeniosos, pero demasiado narcisistas, se va a la guerra.
Tanta vida, tanta muerte
Salinger desembarca en playa Utah el 6 de junio del 44, participa en algunas de las batallas más infernales de la historia, interroga a nazis que han cometido atrocidades inimaginables y entra -judío él- en el campo de concentración de Dachau. Salinger acumula tanta vida, tanta muerte, que colapsa. Sale del pozo con su regreso a Estados Unidos y la publicación de los relatos escritos en el frente. Acomete el final de la escritura de su única novela, El guardián entre el centeno, publicada en 1951.
Salinger cincela sus historias de jóvenes brillantes y frágiles que no dejan de asombrarse ante lo terriblemente hermoso que es sentirse inocente, aunque sea solo un rato. Desde 1959 hasta 2010 escribe bastantes horas diarias, pero no vuelve a publicar porque siente que así debe hacerlo. “No cuenten nunca nada a nadie. Si lo hacen, empezarán a echar de menos a todo el mundo”, nos dice Holden en Central Park.
Esto es lo que estudia Slawenski en un libro sensacional y lo que Strong relata en una película muy digna y bien hecha, que no es excelente pero sí honesta y sugerente, con algunos aciertos muy meritorios, como el casting, la puesta en escena y un tempo narrativo que permite tender puentes con los escritos de Salinger.
Me gusta -me encanta- que la película sea disfrutable de manera proporcional al conocimiento que se tenga de Salinger. Por ejemplo, no hay ninguna necesidad de envejecer al actor (un excelente Nicholas Hoult) que da vida a Salinger porque Salinger decidió no envejecer literariamente hablando… Y tampoco es necesario entrar en detalles de su vida en Cornish porque la película no quiere ser otra cosa que una introducción en la que se dejan voluntariamente muchos huecos, muchos hilos sin atar.
Ficha Técnica
- Dirección: Danny Strong,
- Guion: Danny Strong,
- Intérpretes: Kevin Spacey, Hope Davis, Sarah Paulson, James Urbaniak, Victor Garber, Zoey Deutch, Nicholas Hoult, Brian d'Arcy James, Lucy Boynton, Evan Hall,
- Fotografía: Kramer Morgenthau
- Montaje: Joseph Krings
- Música: Bear McCreary
- Duración: 106 min.
- Público adecuado: +16 años
- Distribuidora: Filmax
- EE.UU. (Rebel in The Rye), 2017
- Estreno: 4.5.2018