Relic

· Crítica Relic | Estreno 12 de marzo de 2021.
· Lejos de ser una historia de terror al uso, Relic explora cómo se enfrentan al miedo y a la realidad de la vejez, la enfermedad y la pérdida tres generaciones de mujeres.

Con este drama terrorífico se estrena en el largo la australiana Natalie Erika James, que escribe el guión con el también debutante Christian White. Antes trabajaron juntos en el corto Creswick (2017). James ha contado con la producción de las compañías del actor Jake Gyllenhall y de los marvelianos hermanos Russo, algo que, evidentemente, es muy significativo. Tras estrenarse en enero pasado en Sundance, la película pasó por Sitges donde ganó el premio a la dirección y al guion. Ha hecho 2,1 millones en taquilla, la mitad en Estados Unidos, donde la crítica la apreció como una película inteligente en un género lleno de tópicos.

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Relic nos cuenta un thriller familiar en tres generaciones. Kate debe regresar a su pueblo debido a la supuesta desaparición de su madre, Edna. Kate, junto a su hija Sam, se instala en la deteriorada casa familiar. Se va desvelando poco a poco la creciente demencia de su madre. Cuando Edna regresa, su comportamiento es igual de misterioso que su desaparición, algo parece habitarla…

La experiencia de la siempre solvente Emily Mortimer (La librería) y de la veterana Robyn Nevin (El foco de la tempestad) rescata un guion que parece flojear a mitad de trayecto. Con un comienzo algo lento, pero a fin de cuentas eficaz, la historia se construye paso a paso, presentándonos las piezas del rompecabezas hasta llegar a la resolución final de la historia. La presentación de personajes y del conflicto en sus tres niveles componen un brillante primer acto.

Lejos de ser una historia de terror al uso, Relic explora cómo se enfrentan al miedo y a la realidad de la vejez, la enfermedad y la pérdida tres generaciones de mujeres. Pese a los desvaríos del personaje que interpreta Robyn Nevin, la vinculación de las tres protagonistas no se resiente y, a diferencia de otras películas de terror, la relación no se fuerza, es natural: los personajes no se cosifican al servicio de la fluidez y la eficacia de la trama, sino que evolucionan de manera muy interesante. Logramos entender sus arcos a partir de cada giro del argumento.

Cuando calificaba la película de drama terrorífico, la estaba elogiando en su empeño por conectar lo cotidiano con el terror de una forma original que busca algo más que el entretenimiento del susto y el sobresalto convencionales. La realización sobria y el cuidado de las atmósferas es un acierto. De algún modo, Relic se emparenta en su tratamiento del terror doméstico con el mejor cine asiático. Habrá que seguir a la joven Natalie Erika James, una estadounidense de origen japonés-australiano que vive en Melbourne.