Renacidos: El Padre Pío cambió sus vidas

Renacidos: El Padre Pío cambió sus vidas | La senda de un santo

Hace un año José María Zavala realizó un documental con el provocador título de El misterio del Padre Pío, un sentido relato de la vida de este extraordinario capuchino (1887-1968), canonizado en 2002. Anteriormente había publicado dos libros sobre el mismo tema. Le pregunto, ¿por qué tal empeño por el Padre Pío?, ¿por usted mismo, por el público?

Responde: «El Padre Pío cambió mi vida cuando llevaba 15 años sin pisar un confesonario. Le debo la vida del alma, pues volví a nacer por su intercesión. Trabajaba entonces en el diario El Mundo, donde permanecí diez años, frecuentaba los platós de televisión… He publicado más de 40 libros de historia con mis dos editoriales de referencia, Planeta y Plaza y Janés, pero el Padre Pío me hizo entender que sin Dios es imposible ser feliz de verdad. Ahora ayudo a muchas personas a acercarse a Dios a través del Padre Pío y soy feliz porque tengo todo lo que no se puede comprar con dinero: una esposa y unos hijos maravillosos, y centenares de personas a las que trato de ayudar».

Renacidos es una especie de colofón que grita a voz en cuello: el Padre Pío no es una figura del pasado, sigue actuando de la misma manera que cuando vivía, sigue ayudando a la gente física y espiritualmente, sigue dando paz a las almas y llenando de sentido sus vidas. En Renacidos, José María Zavala ha reunido veinticinco testimonios de encuentros con el Padre Pío y, como ellos mismos cuentan, cómo ese encuentro les ha cambiado la vida, les ha llevado a renacer. Pregunto al director si son unos pocos testimonios entre muchos.

Responde: «La revolución del Padre Pío en las personas es imparable. Él prometió que haría más ruido muerto que vivo. Conozco a centenares de personas con nombres y apellidos que han dado un vuelco a sus vidas gracias a él».

Este documental es una obra sencilla, realizada con pocos medios, aun así tiene fuerza. Se lo comento al director, «Renacidos tiene una estructura atípica, es un cúmulo de testimonios, uno tras otro, conmovedores, demoledores, pero no se ve nada más, son golpes -o gritos- al espectador, cada vez más fuertes; termina por derribo, el espectador está harto o convencido y al borde de las lágrimas». Y pregunto, «¿era esa la idea?, ¿es eso lo que pretendía?».

Responde: «La película es un instrumento del Padre Pío para tocar corazones y propiciar cambios de vida para bien. Son historias, testimonios humanos que calan muy dentro. Hay que verla con los ojos del alma. En el pre-estreno vi llorar a muchos espectadores que se me acercaron conmovidos ante los testimonios y con muchas ganas de saber más cosas del Padre Pío».

Básicamente este documental consiste en grabar cada testimonio y mezclarlo con algunas fotografías o películas domésticas antiguas, y algunas más modernas, de los protagonistas. Con todo, el resultado es más que aceptable, detalle que menciono: «Las imágenes, aparte de los testimonios, que dejan un mínimo de creatividad al director de fotografía, que juegan un poco con los protagonistas, son escasas pero muy originales», de modo que pregunto, «¿de dónde las sacó?, ¿puede hablar del montaje?».

Responde: «La mayoría de las imágenes y fotografías del Padre Pío son inéditas, provenientes de un archivo privado». El montador, José Ángel Sánchez Centeno, ha conseguido algo muy difícil: que un documental cargado de testimonios se vea del tirón con la ayuda de una BSO excepcional.

A modo de despedida no puedo dejar de preguntar, «¿va a seguir trabajando por difundir la devoción al Padre Pío?».

Responde: «Siempre. No me detendré hasta que muera. Le debo la vida. Soy un renacido».