Salomé

Un film donde los bailes se siguen con interés por su belleza y precisión, amplificada gracias al ajustado montaje de Julia Juániz

Salomé, de Carlos Saura

Salomé: En bandeja de plata

Salomé | ¿Cómo definir una película como ésta? ¿Musical, documental, experimental? Quizá esta última sea la que más le guste a Carlos Saura, porque lleva años buscando nuevos campos de expresión dentro del cine. Ya profundizó en las posibilidades del baile y la música en los años 80 con Bodas de sangre (1981), Carmen (1983) y El amor brujo (1986); y en los 90 con Sevillanas (1990), Flamenco (1992) y Tango (1996). Reduciendo progresivamente lo que es una trama al uso hasta quedarse, en este caso, en una delgada línea argumental que le sirve para su experimentación.

En un autor tan prolífico como Saura ha habido de todo, desde aquella crónica más o menos velada de la Guerra Civil que era La caza (1965), o el intento de crear un neorrealismo español abordando el tema de la delincuencia juvenil en Los golfos (1959) y Deprisa, deprisa (1981), hasta el surrealismo en Buñuel y la mesa del rey Salomón (2001). ¿Pero qué decir de una película de tan extraña estructura como es esta Salomé? ¿Qué decir de una película que empieza siendo una suerte de documental acerca de la preparación de un ballet, pero en la que no terminamos de saber dónde termina la realidad y empieza la ficción?

Es Saura un autor de fuerte contenido visual. En este caso juega a confundir al espectador atrayéndolo al centro mismo del proceso de creación. Y lo hace con todo su oficio, dejándole penetrar entre bambalinas, acudiendo a las dudas de los propios autores/actores de la obra. En esta primera parte del film, Saura gusta de rellenar los espacios con espejos que devuelven la mirada curiosa del espectador. Cuando la película parece que va ir de una cosa, da un vuelco y va de otra. La ficción y la realidad se mezclan. Los actores/autores buscan la luz, el color y la texturas de la obra delante del espectador. Saura trata de atrapar la luz como ya la persiguió con el director de fotografía italiano Vittorio Storaro, y aquí la ha moldeado con José Luis López Linares. Y en medio de todo esto, como recogiendo el relevo de Antonio Gades, aparece Aída Gómez, la que fuera directora del Ballet Nacional de España. Gómez, en un principio, se interpreta a sí misma, lo cual es lo mismo que decir que no interpreta. Está preparando con su compañía el espectáculo musical de Salomé. Acudimos a la creación de dicho espectáculo. El actor Pepe Arguillué hace de director de la función, es decir, del mismo Carlos Saura. Vemos cómo se van levantando las escenas de la obra, cómo se va domando la luz cálida y mediterránea, el maquillaje carnal, las coreografías flamencas, el vestuario colorido y el decorado minimalista. Todo como si fuera un documental, pero sin serlo. Hasta que entonces la obra toma forma. Acudimos al primer ensayo general de Salomé. Historia bíblica archiconocida, pero que en este caso bebe sobre todo del drama que compuso en francés Oscar Wilde en 1891, escrito años antes de su conversión al catolicismo.


Salomé, San Juan Bautista, Herodes y Herodías son los cuatro pilares principales, los demás actores sólo forman un telón de fondo. Durante el ensayo la película sólo busca la belleza formal. Los bailes se siguen con interés por su belleza y precisión, amplificada gracias al ajustado montaje de Julia Juániz. Quizá su defecto sea el excesivo formalismo. La historia aleja de sí la posibilidad de alcanzar toda la profundidad que podría darle la palabra. Se convierte en un espectáculo apabullante visual y musicalmente, esto último gracias a Roque Baños y al guitarrista Tomatito; pero los personajes quedan como estereotipos, eso sí, servidos en bandeja de plata. Por eso, para mayor disfrute, debe ser el espectador el que se traiga ya de casa sus propios conocimientos sobre este tema bíblico.

Ficha Técnica

  • Guión: basado en un argumento de Carlos Saura, Aída Gómez y José Antonio
  • Música: Roque Baños, con la colaboración de Tomatito
  • Fotografía: José Luis López-Linares, Teo Delgado
  • Montaje: Julia Juaniz
  • País: España
  • Año: 2002
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Reseña
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Escritor de relatos de terror y misterio, y guionista de cine y televisión. Admirador de Ford, Kurosawa, Spielberg y Hitchcock, no necesariamente en este orden
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