Señora Beba

Señora Beba: Norma al cuadrado

El cine argentino sigue “sacando partido” a la crisis económica y social de los últimos años. En forma de comedia o de drama, las difíciles circunstancias por las que atraviesa el país han espoleado a un numeroso grupo de cineastas a construir sus películas como metáforas sobre los efectos de las crisis en la vida de las personas. Cri­sis de madurez, crisis de identidad, crisis ma­trimoniales, crisis políticas… Dentro de es­ta corriente, Jorge Gaggero (34 años) analiza en ésta su opera prima las consecuencias que la debacle económica tiene en la relación entre Beba, una dama de la alta burguesía por­teña venida a menos, y su empleada do­més­tica, Dora. Después de 30 años al servicio de su señora, y por culpa de la ruina de és­ta, Dora se plantea cambiar de trabajo. Pe­ro el lazo de sutil amistad y dependencia entre ambas, después de tanto tiempo, es muy fuerte.

Junto con ingredientes comunes, la película se distancia de otros títulos argentinos recientes. Por una parte, el novel realizador pro­fundiza en una relación no demasiado trillada en la gran pantalla; la de dos mujeres ín­timamente unidas a pesar de su situación de desigualdad social y laboral. Por otra parte, frente a la tendencia a la locuacidad del ci­ne argentino, el silencio es el tercer protagonista de Señora Beba. Son silencios especialmente elocuentes los de Dora; gestos de cariño, de comprensión y compasión ante el hundimiento de su señora.

Silencios alternados por breves diálogos que dejan entrever el valor humano de una profesión a veces poco valorada.

Le pesan un poco a Gaggero sus orígenes como autor de cortometrajes y Señora Beba, no obstante sus escasos 90 minutos, se hace al­go lenta, quizás por la ausencia de tramas secundarias. Todo se condensa en una única acción y en cuatro o cinco escenarios. A favor tiene un excelente dúo protagonista; a la siempre eficaz Norma Aleandro se suma co­mo revelación la debutante Norma Ar­gen­tina, que ha aportado al papel de Dora su experiencia como empleada doméstica durante mu­chos años.

Entre otros galardones, Señora Beba obtuvo el premio especial del Jurado en el Fes­ti­val de Sundance (2004).