Shrek

Dreamworks ha utilizado todos sus avances para hacer una película para "niños inteligentes", alegando que su público prioritario no es tan sumamente ingenuo y simple como la industria piensa

Shrek (2001)

Shrek: Piensa en verde

La animación da una vuelta de tuerca y apuesta por la historia de un ogro que utiliza como papel higiénico las páginas de un libro de La bella durmiente sospechosamente parecido al de la factoría Disney. El hecho es que Dreamworks ha decidido no dejar títere con cabeza y ha puesto, aparentemente al revés, las tradicionales consejas que hasta ahora habían sido la principal fuente de las producciones animadas.

Andrew Adamson y Victoria Jenson han sido los encargados de llevar a la gran pantalla la adaptación del cuento infantil de William Steig, aunque intuyo que el escritor no tenía como objetivo mofarse de Disney hasta el hartazgo. Y es que el gran problema de esta producción en 3D es la desmesurada importancia que le dan a la satirización de la competencia. Si bien es cierto que al principio provoca la sonrisa… hacia el final se convierte en una pesada losa para el filme, porque el espectador no sabe si se enfrenta a una historia con entidad propia o a una simple y burda parodia de la filmografía que la precede.

Esto no quiere decir que las andanzas de este ogro verde, gordo, algo guarrillo y gruñón no merezca la pena. Muy por el contrario, Shrek ha logrado alcanzar una alta depuración de las técnicas por ordenador, quizá la que más a la espera de que llegue a nuestras pantallas Final Fantasy.

Con un arranque muy original, ayudado por una música que choca al principio y luego seduce, la nueva producción de Dreamworks cuenta la fábula de un ogro que deberá emprender un viaje al rescate de una no tan desvalida princesa para recobrar su casa y hacer que los protagonistas de los cuentos de hadas le dejen en paz. Referencias a Matrix, La bella durmiente, La Bella y la Bestia, Blancanieves y los siete enanitos, La cenicienta, Antz (este burro también recuerda a Woody Allen)… aderezadas con los comentarios de un asno que sacaría de quicio al más pintado, Shrek es una película que a pesar de querer distanciarse de sus hermanas animadas, se queda a medio camino entre la innovación y los antiguos referentes; y acaba cayendo en los mismos estereotipos que la creadora del fenómeno Mickey Mouse.

Sin embargo, la intención es buena y la película se ha visto merecidamente recompensada con éxito de taquilla y con su inesperada inclusión en la sección oficial de Cannes. No todos los días se le ocurre a alguien mostrar en la pantalla cómo Geppeto intenta vender a Pinocho por cuatro duros, cómo es cruelmente torturada en un vaso de leche una simpática pero osada galleta de jengibre, o cómo un tirano que no levanta un palmo del suelo convierte la aldea de Duloc en un parque de atracciones que causaría pesadillas al niño más valiente.

Tanta originalidad y renovación merecen una gran alabanza, y si se añade una brillante puesta en escena que deja sin aliento… el espectador acaba olvidando la mayoría de los defectos. Los paisajes se tornan prácticamente reales y sensibles al tacto si se extiende la mano, y el movimiento de personajes milimetrico y perfectamente coreografiado.

Dreamworks ha utilizado todos sus avances para hacer una película para «niños inteligentes», alegando que su público prioritario no es tan sumamente ingenuo y simple como la industria piensa. Aquí no son pioneros. Tanto unos como otros han optado por hacer películas para niños, pero con una serie de giros y chistes que solo pueden apreciar los adultos (véase las referencias a otros filmes). Se pretende ampliar el círculo y aumentar la taquilla; y aunque en Shrek este afán por llegar a los adultos no es tan exagerado como en El jorobado de Notre Dame (que de película infantil tiene bien poco), sí es cierto que se suma a la caza y captura del espectador adulto.

Lo hace con una historia mordaz y con frecuencia irreverente, que pretende acabar con tópicos, pero que se queda en la pretensión. Ni el ogro es tan malo como lo pintan, ni tan feo como parece, ni se trata de una fábula tan distinta de las demás.

Shrek es, en definitiva, una película técnicamente brillante, amena y desternillante. Lo que la estropea más que sus pequeños defectos en sí, son esas pretensiones de sus creadores y el desdén hacia el trabajo de sus competidores.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU., 2001
  • Música: Harry Gregson-Williams, John Powell
  • Dirección artística: Guillame Aretos, Douglas Rogers
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