Si quiero silbar, silbo: Historia carcelaria
Valiosa opera prima de Florin Serban, en el marco de un cine rumano cada vez más interesante y sugestivo.
En el año 2007 una película rumana sorprendió al mundo en el Festival de Cannes, haciéndose con la Palma de Oro y el premio de la crítica. 4 meses, 3 semanas, 2 días, de Cristian Mungiu, nos dejó boquiabiertos.
Tres años después la opera prima de Florin Serban ha ganado el gran Premio del Jurado y del Alfred Bauer en la Berlinale 2010. La cinta fue la triunfadora en los premios del cine rumano, los Gopos.
La nueva ola del cine rumano ruge desde hace 20 años, después de la muerte de Ceaucescu, con nombres como el citado Mungiu, Cristi Puiu (La muerte del señor Lazarescu, 2005) y Cristian Nemescu (California dreamin’, 2007). Todos comparten un estilo austero, sin artificios, con una búsqueda de la verdad interior que resulta llamativo.
Serban se sirve de todos estos ingredientes para poner en pie un largometraje muy interesante, con el apoyo en la escritura del guión de otro representante de la nueva ola rumana, Catalin Mitulescu (Cómo celebré el fin del mundo, 2005).
La historia del joven Silviu, al que sólo quedan cinco días para salir del centro de detención juvenil, es el relato crudo y realista de cualquier chico al que la vida puede ir mal, a causa de los problemas familiares, fundamentalmente, aunque también por el entorno social y político. En el caso de Silviu, la madre -que los ha abandonado- vuelve para llevarse al hermano pequeño, al que el protagonista ha criado como a un hijo. Éste será el detonante de una serie de hechos que marcarán su futuro.


El guión está basado en una obra teatral homónima de Andreaa Valean, fruto de su experiencia directa en un centro de detención juvenil, en el que también estuvo Mitulescu. Y también allí se dirigió el joven realizador con la idea de obtener mayor verismo en la filmación. Tanto le aportó la experiencia, que gran parte de los actores secundarios de la película fueron los propios internos.
El protagonista, George Pistereanu, de 19 años, estudiante de instituto en el momento del rodaje, es una auténtica revelación, al igual que su compañera de reparto Ada Condeescu, la trabajadora social de la que Silviu se enamora.
Por lo demás, la historia está muy bien narrada y montada, de un modo sobrio, con cámara al hombro, ausencia total de música extradiegética (sólo se oye en dos ocasiones alguna canción que sale de un magnetófono a la hora de la comida de los presos), planos largos, pocos diálogos y silencios muy densos, cargados de mucho significado.
Ficha Técnica
- Dirección: Florin Serban,
- Guion: Florin Serban, Catalin Mitulescu,
- Intérpretes: Clara Voda, George Pistereanu, Ada Condeescu, Mihai Constantin, Marian Bratu,
- Fotografía: Marius Panduru
- Montaje: Catalin F. Cristutiu, Sorin Baican
- Vestuario: Augustina Stanciu
- País: Rumanía
- Duración: 94 m.
- Público adecuado: +18 años (temática, violencia incidental, erotismo)
- Distribuidora: Vértigo Estreno: 5.1.2012
Eu cand vreau sa fluier, fluier, 2010