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Siete golpes de suerte

La película depara una hora y media de agradable entretenimiento, y mereció los aplausos de un público tan curado de espanto como el del Festival de Sundance

Siete golpes de suerte

Siete golpes de suerte: Malas compañías

Siete golpes de suerte | Harlan (Kevin Pollak) lo tiene crudo: acaba de perder sus últimos diez mil dólares apostando al caballo equivocado. Lo cierto es que eso le puede pasar a cualquiera, pero lo más delicado del asunto es que su madre (también prestamista y ladrona ocasional) contaba con ese dinero para cerrar una oscura operación con el mismísimo Cinco Heridas. La cosa terminará de enredarse cuando su chica decida poner en práctica un plan: comprar a precio de saldo una docena de relojes de oro macizo y venderla al mejor postor.

Estamos ante una cinta que combina diversos elementos de forma eficaz. Por una parte, Yates parece haber encontrado su fuente de inspiración en producciones como Snatch, de Guy Ritchie, o Nueve reinas, de Fabián Bielinsky: una trama enrevesada en la que nada ni nadie es lo que parece y que encuentra en el objeto codiciado (ya sean sellos o diamantes) su principal elemento catalizador. Por la otra, la imaginería del filme tiene cierto sabor a cine negro, a derrota y tabaco barato, en gran medida gracias al perfil interpretativo de Pollak (Sospechosos habituales). Aunque se echa en falta una mejor ambientación y una toma de posición más arriesgada en la escritura del guión -el final resulta algo dulzón entre rufianes semejantes- la película depara una hora y media de agradable entretenimiento, y mereció los aplausos de un público tan curado de espanto como el del Festival de Sundance.

Ficha Técnica

  • País: Canadá (Seven Times Lucky, 2004)
  • Fotografía: Steve Cosens
  • Montaje: Brad Caslor, Robert Lower
  • Música: Glenn Buhr, Margaret Sweatman
  • Distribuidora: Sherlock
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