Sin filtro

Sin filtro: Amor y amistad a ciegas

Frédéric Mazuret tuvo un accidente, estuvo 126 días en coma y al despertar estaba ciego, sufría pérdida de la memoria reciente: no era capaz de recordar nada posterior al accidente, carecía de inhibiciones y siempre tenía hambre. Beatriz, su mujer, con ayuda de toda la familia y de los amigos íntimos, con años de esfuerzo consiguió normalizar la situación. Ahora, cinco años tras el accidente, publica un libro en el que cuenta todo lo que pasó y cómo salieron adelante. El problema es que algunos de los protagonistas no aprecian cómo aparecen en el libro.

Eric Lavaine (Historias de una indecisa, Vuelta a casa de mi madre) es fiel a su estilo particular de comedia dramática en la que un suceso truculento fuerza una reunión de amigos y/o familiares en el que terminarán abriendo el corazón. Hay en este caso dos narrativas paralelas, la situación del matrimonio con las astracanadas que surgen de la condición de Fred, y el grupo de amigos, que reacciona al descubrir cómo son vistos o presentados por Beatriz.

La primera parte debería ser una visión optimista de la enfermedad y un estímulo para enfrentarse a ella, no está lograda; debería ser gracioso y queda en grotesco; la segunda parte, aunque arranca de una manera forzada, es más interesante y tiene momentos realmente dramáticos. Al final Lavaine consigue decir lo que quiere: los amigos de verdad se quieren a pesar de los pesares.

Cabe decir que el reparto, en particular Alexandra Lamy y José Garcia, pareja protagonista, se encarga de hacer verosímil una historia que no lo es, porque el guion -con todas sus buenas intenciones- hace agua por todas partes y merecía un repaso.