Sin olvido

Sulík no se limita a contar otro caso más de la barbarie nazi, con agudeza escribe un road movie acerca de dos hombres muy diferentes, el hijo de un verdugo y el hijo de sus víctimas

Sin olvido (2018)
· Crítica Sin olvido | Estreno 18 de septiembre de 2020.
· Este viaje resulta toda una experiencia gracias a la extraordinaria interpretación de Peter Simonischek, que compone a un entrañable Georg, y la también notable de Jiří Menzel, con su triste Ali Ungar.

Sin olvido: ¿Y sin perdón?

Un día cualquiera de nuestro tiempo. Un hombre mayor llega a Viena, consigue localizar la casa que busca, comprueba que tiene su pistola a mano y llama a una puerta. Busca al oficial de las SS que mató a sus padres. El hombre que le abre la puerta, también mayor y jubilado, le dice que su padre hace tiempo que murió. Este breve encuentro propicia otros: el primero se llama Ali Ungár, eslovaco, judío, traductor, de carácter serio y triste; el segundo se llama Georg, de carácter extrovertido y desenfadado; y siempre le habían dicho que durante la guerra su padre había perseguido criminales. Juntos harán un viaje por Eslovaquia para investigar lo que hizo el padre de Georg durante la guerra.

Martin Sulík no se limita a contar otro caso más de la barbarie nazi y la cuestión judía durante la Segunda Guerra Mundial en Sin olvido. Con agudeza escribe un road movie acerca de dos hombres muy diferentes, el hijo de un verdugo y el hijo de sus víctimas. Ninguno de ellos tiene la culpa de lo que ocurrió: “¿es más fácil ser hijo de la víctima o ser hijo del verdugo?” pregunta Georg; mientras que viejos eslovacos preguntan a Ali, “¿por qué traes a un nazi?”, a lo que solo puede responder: “No es un nazi”. El caso es que, sin decirlo, ambos cargan sobre sus hombros el peso de la guerra de sus padres. La mayoría del metraje está dedicado al viaje, que se llena de pequeños incidentes, a menudo divertidos, que no solo alivian la tensión sino que ayudan a que los protagonistas se conozcan y, si no llegan a la amistad, sí al respeto y aprecio.

Este viaje resulta toda una experiencia gracias a la extraordinaria interpretación de Peter Simonischek, que compone a un entrañable Georg, y la también notable de Jiří Menzel, con su triste Ali Ungar. Les vemos construir puentes y tenderlos, compartir humanidad y pesar. Conseguir una extraña química que funciona.


Solo hay que lamentar un par de secuencias, nuevos lugares que visitar, que se hacen redundantes. La escena de las máscaras también parece excesiva. Diez minutos menos habrían mejorado el filme que, de por sí, ya es notable.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Martin Strba
  • Montaje: Kaufmanová Olina
  • Música: Vladimír Godár
  • Duración: 113 min.
  • Público adecuado: +12 años
  • Distribuidora: Surtsey
  • Austria, Eslovaquia, República Checa (Tlmocnik), 2018
  • Estreno: 18.9.2020
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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