Son of Babylon

Con abundantes premios en festivales internacionales, la segunda película de ficción del documentalista iraquí Mohamed Al-Daradji toma mucho de éste género, con alguna dramatización

Son of Babylon (2009)

Son of Babylon: En busca de Ibraim

Un bello desierto, una anciana que apenas habla y un niño, Ahmed, su nieto. Un cartel sitúa al espectador: «Abril 2003, norte de Irak, tres semanas después de la caída de Sadam Hussein». Estamos pues en plena operación «Tormenta del desierto», y los ruidos de las ametralladoras, un helicóptero y, en alguna ocasión, un soldado norteamericano, nos lo recuerdan; pero a esta mujer, a este niño y a muchos más como ellos que vemos en la pantalla, no les importa. Ellos, y otros muchos miles, viajan a la cárcel de Nasiriyah, para intentar encontrar a su hijo y padre, Ibraim, que fue detenido por el régimen de Sadam, en 1991.

El viaje comienza con alegría, lleno de esperanza, tras la caída del dictador por fin podrán reunirse con su ser querido. De hecho, al comienzo, la abuela dice «cuando la gente nos hace daño, tenemos que aprender a perdonar». La travesía del desierto no será fácil, las infraestructuras del país están destrozadas, son muchos los que han emprendido viajes similares y además, descubrimos, son kurdos, la mujer no habla árabe, el chico lo habla un poco. La voluntad férrea de la mujer, y la amabilidad de otras personas, especialmente de Musa, gran personaje este Musa, permiten que lleguen a su destino, donde les aguardan decepciones y nuevas pruebas, y la búsqueda continúa; y Ahmed deberá recordar a su abuela que ella misma le dijo que había que perdonar.

La segunda película de ficción del documentalista iraquí Mohamed Al-Daradji toma mucho de éste género, con alguna dramatización; su objetivo es mostrar una realidad y llegar al corazón y al cerebro del espectador, y lo logra plenamente. El largo viaje recorre la mitad del país de norte a sur, del Kurdistan a Babilonia, pasando por Bagdad y Nasiriyah está narrado con una naturalidad que raya la crudeza, sólo atemperada por la mirada del niño; al igual que las visitas a las fosas comunes. La cinta, de gran calidad humana, muestra una realidad a la que Occidente no está acostumbrado. En efecto, al pensar en Irak se suele evocar al ejecutado dictador, o al ejército norteamericano En tierra hostil, o algún informativo de un atentado suicida en algún lugar del país. Son of Babylon, sin embargo, habla de una realidad diferente, de país grande y variado que sufrió a manos de su dictador, antes de seguir sufriendo a causa de los occidentales. La fe en Dios -o su ausencia-, el amor y el sufrimiento son iguales en todas partes; el arrepentimiento y el perdón también. Al final descubrimos que esta dura y triste historia es universal, que ha sucedido en todas las épocas y en todos los lugares donde hay o ha habido una guerra.


La película ha cosechado abundantes premios en festivales internacionales.

▲ Su profunda humanidad.

▼ Y al final… ¿qué?

Ficha Técnica

  • Fotografía: Duraid Munajim, Mohamed Al Daradji
  • Montaje: Pascale Chavance, Mohamed Jabarah
  • Música: Kad Achouri
  • Duración: 100 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: A Contracorriente
  • Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Holanda, Irak, Palestina, Reino Unido, 2009
  • Estreno: 28.10.2011
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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