Sound of Metal

Sound of Metal: Los gritos del silencio

· Crítica de Sound of Metal | Estreno 4 de diciembre de 2020 en Amazon Prime Video.
· Podríamos decir que el pro­tagonista dice poco, se deja al espectador, primero, que sienta el mismo silencio y aislamiento que el bateris­ta y que rellene los espacios narrativos.

Este interesante biopic de corte indie se ha estrenado di­rectamente en Amazon Prime, sin pasar por las salas, co­sa que -por otra parte- está empezando a ser una cons­tante en estos tiempos de coronavirus y cambio de há­bitos de consumo audiovisual.

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La película cuenta la historia de Rubén, un baterista de heavy que comparte con su novia, además de su profesión -ella es la vocalista del grupo-, una caravana con la que recorren el país para tocar donde les pidan.

Un día, el joven músico se da cuenta de que está per­diendo oído y, en un proceso rapidísimo, se quedará com­pletamente sordo. Su vida, a partir de ese momento, da­rá un vuelco.

Estamos ante una cinta de narrativa sencilla, sin ninguna subtrama. Cuenta con austeridad, de una manera se­ca y contundente, el impacto del drama en una vida jo­ven que no contaba, para nada, con un obstáculo así, que le exige una reinvención absoluta. El gran acierto de la cinta es la manera de contar el proceso que atra­viesa el protagonista.

Sound of Metal se cuenta desde el espectador, al que se le hace participar de la tragedia del personaje a través de un uso proverbial del sonido. Podríamos decir que el pro­tagonista dice poco, se deja al espectador, primero, que sienta el mismo silencio y aislamiento que el bateris­ta y, desde esos sentimientos, que rellene los espacios na­rrativos. En ese sentido, la película es incómoda, muy po­co condescendiente, pero es un acierto contar así una his­toria de aceptación, sin concesiones emotivas ni bandas sonoras que maquillen el duelo.

Al mismo tiempo, la película se revela como una historia esperanzada y esperanzadora. Hay vida después del drama, después del dolor y las lágrimas. Hay una se­gunda oportunidad si se encaja el golpe y se aprende a des­cubrir la enseñanza que todo sufrimiento encierra. El larguísimo y contemplativo plano final es un magnífico re­sumen de lo que supone este descubrimiento.