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Splice: experimento mortal

La búsqueda de la sorpresa y del terror nos lleva a demasiadas escenas absurdas en una película con aciertos en la ambientación y el diseño de la quimera

Splice: experimento mortal (2009)

Splice: experimento mortal | Terror elevado al absurdo

La presentación de la opera prima del director norteamericano Vincenzo Natali (Cube, 1997) fue una grata sorpresa y anunciaba aires nuevos y estimulantes para el género de la ciencia ficción. Sus imágenes hipnóticas y crueles, y la originalidad y calidad de su guión le marcaron como un cineasta interesante y prometedor. Después llegarían títulos como Cypher o el segmento «Quartier de la Madeleine» para Paris, je t’aime que, sin llegar a las cotas de su primer film, seguían conteniendo elementos interesantes.

A pesar de una pérdida cualitativa en sus guiones, lo que parecía insospechable es que Natali pudiera presentar una historia tan tosca como la que presenta en su último largometraje, Splice: experimento mortal. Con los problemas éticos que comporta, Natali parte de la experimentación genética para narrar la historia de una niña nacida en un tubo de ensayo y de la relación que establece con sus padres-creadores.

Aunque el punto inicial es interesante, con la creación de una nueva especie surgida del interés de las corporaciones farmacéuticas, la tosquedad con que se construye al matrimonio protagonista –Adrien Brody y Sarah Polley– y sus motivaciones hacen perder la credibilidad de la trama desde casi el primer momento, de un modo especialmente flagrante en el caso de Polley.

La búsqueda de la sorpresa y del terror nos llevan a escenas absurdas -casi todo el arco narrativo de la granja-, y el dilema de los personajes parece fluctuar en función de las necesidades de un guión de gags prefijados, que poco tiene que ver con la propia coherencia de las personalidades que se perfilan al principio del film.

El punto fuerte de Splice: experimento mortal es sin duda el diseño y la evolución de esta peculiar niña probeta –Dren-, sin duda el mayor reto y triunfo del film. Obra del diseñador de efectos visuales Bob MunroeBlade II, X-Men, Cube– y del creador de efectos especiales Howard BegerHulk, Las crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian-, la factura del film fue premiada con el Premio a los Mejores Efectos Especiales en el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Catalunya.

Lejos del extraordinario universo presentado en Cube, y próximo a películas menores como Species (Especie mortal), Splice: experimento mortal se precipita irremisiblemente hacia un clímax final a caballo entre lo absurdo, lo patético y lo risible.

Ficha Técnica

  • País: Canadá (Splice, 2009)
  • Tetsuo Nagata
  • Michele Conroy
  • Cyrille Aufort
  • Vértice
  • 100 minutos
  • Mayores de 18 años (violencia, sexo crudo)
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