Su mejor historia: Lone Scherfig goes to London at war

· Su mejor historia: La película abor­da diversos temas antiguos y modernos dentro de la mentalidad de la época, apoyado en una notable crea­ción de personajes.

Londres bajo las bombas durante la Segunda Guerra Mun­dial. Cunde el desánimo. El departamento de cine del gobierno necesita con urgencia una película que llegue al alma de la nación, que mantenga alta la moral de las tropas y también -sobre todo- la de los no combatien­tes. A falta de otras ideas, el productor Buckley decide contratar a una mujer para dar «un toque femenino» al guion.

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Decir Londres bajo las bombas de la guerra invita a evo­car numerosas películas de calidad, empezando por La señora Miniver, rodada en 1942 por William Wyler, co­mo contribución del cineasta al esfuerzo bélico; a ella y a otras muchas como ella se refiere esta cinta. Y también a otras historias de calidad, de cuidada ambien­ta­ción, que utilizaron esas circunstancias, como Las Cró­nicas de Narnia. Los británicos siempre han salido airosos con el cine de época, y los años veinte a cuarenta resultan particularmente acertados. La película que nos ocupa es, bajo ese simple aspecto, una cinta muy agra­dable de ver por la reconstrucción, por sus colo­res for­zados (virados), con predominio del azul y el ocre, y por el sonido.

Además de dichos aspectos visuales, Su mejor historia abor­da diversos temas antiguos y modernos dentro de la mentalidad de la época, apoyado en una notable crea­ción de personajes. Catrin Cole tiene un gran talento, pe­ro la contra­tan por ser mujer, para aportar ese toque fe­menino que na­die sabe qué es. Cole hace su trabajo lo me­jor posible y se hace respetar; parte del metraje de es­ta cinta transcurrirá en la redacción, tecleando, dis­cu­tien­do ideas, frases, ganando el respeto y afecto de sus co­legas mas­culinos sin recurrir a discursos efectistas de nin­gún ti­po.

Habría que hablar también del cine de propaganda, a na­die extraña -porque a nadie extrañaba- que el cine es­tu­viera controlado por el gobierno, no solo los informa­ti­vos, sino también el cine de ficción, y que hubiera cen­sura; que esta historia tenga un tono general de comedia facilita recordar estos hechos. Hay además todo un homenaje al cine de época y al cine dentro del cine; y un recordatorio a lo que fueron las mujeres en el cine (guio­nistas, montadoras, etc.) desde sus orígenes.

La historia la lleva en volandas Gemma Arterton, en el papel protagonista de Catrin Cole, a quien da répli­ca Sam Claflin: ver cómo se desarrolla su relación, su ri­validad, sus dudas, y el reconocimiento del talento del otro es un auténtico placer y mantienen la atención del espectador todo el tiempo. También conviene mencionar al veterano Bill Nighy, en una divertida parodia de sí mis­mo: un actor crepuscular perdido en un mundo que no entiende.

Una película notable pero sin pretensiones, que dirige una prestigiosa directora danesa, Lone Scher­fig (Italiano para principiantes, An Education), con guion de Ga­by Chiappe, escritora con una larga carrera en televisión. Un homenaje al cine y a su gente, especialmente a las muchas mujeres que le han dedicado su vida.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Sebastian Blenkov
  • Montaje: Lucia Zucchetti
  • Música: Rachel Portman
  • Duración: 110 min.
  • Público adecuado: +16 años (X-)
  • Distribuidora: A Contracorriente
  • Reino Unido (Their Finest), 2016
  • Estreno: 14.7.2017
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.