Te doy mis ojos

Te doy mis ojos: Sólida, conmovedora

La actriz y directora Icíar Bollaín (Madrid, 1967), inolvidable protagonista de El sur, no dirigía desde Flores de otro mundo, estrenada en 1999. Te doy mis ojos es un vigoroso drama sobre los maltratos domésticos. Pilar es una joven, casada y con un hijo, que sufre los ataques violentos de su marido Antonio. Ella, dominada por un pánico incontrolable, se marcha de casa y se refugia junto a su hermana, que está a punto de casarse. Antonio vuelve a buscarla y, ante la negativa de su mujer, reflexiona y comienza a ir al psicólogo. Pero las cosas no van a ser fáciles para ninguno.

Bollaín se arriesga con un tema tan actual como proclive al tópico. Si la película Sólo mía, de Javier Balaguer, afrontaba la cuestión al margen de soluciones terapéuticas, Icíar opta por mostrar a un marido que pone medios para intenta cambiar y que reconoce los términos clínicos de su problema. Sin maniqueísmos ni recetas, Te doy mis ojos es una película sólida, impactante, conmovedora, que huye de recrearse inútilmente en lo desagradable.

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Laia Marull (Barcelona, 1973) y Luis Tosar (Lugo, 1971) dan vida al matrimonio con un trabajo realista y concienzudo, que ha merecido los premios de interpretación masculina y femenina en San Sebastián. Candela Peña y Rosa María Sar­dá encarnan posiciones distintas ante el problema: la ruptura definitiva, la una, y la sumisión resignada, la otra. Una película madura, difícil e inteligente, que muchos (el Círculo de Escritores Cinematográficos -con votación de los críticos acreditados- le dio su premio en San Sebastián) consideran la ganadora moral de un Fes­tival, cuyos estatutos prohíben que una película acumule más de dos premios oficiales.